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Bonito

—¿Y esa cara de espantado?

Preguntó el pálido mientras se sentaba en la cama; tenía una bandeja en sus manos con dos cafés y galletas.

—Un amigo tiene un partido de rugby mañana y... El equipo contrario son unos simios.

—Oh, ¿el amigo con el que te comías la boca en la fiesta de hallowen? —preguntó para luego tomar un sorbo de café. 

—Oh dios ¿nos viste? —Jimin se tiró avergonzado a la cama.

—¡No sabia que ibas a estar besándote con alguien! Lo siento —se rió—. Pero hablando sobre eso, ¿tan brutos son?

Jimin asintió. El año pasado durante el partido tres de los chicos quedaron lesionados, entre ellos Jungkook quien se lastimo horrible el hombro. Estaba aterrado, los del centro juvenil de seoul eran niños mimados, arrogantes y egoístas, recuerda incluso que se habían lastimado entre ellos por el maldito balón ¡Eran del mismo equipo, dios!

—Yo vi a tu novio con bastantes músculos, bueno, su espalda era gigante apenas te vi. No creo que debas preocuparte. 

Lo pensó. Tal vez su hermano tenía razón, Jungkook ganó mucha más masa muscular los últimos meses y estaba más robusto y rápido, había posibilidad de que no le pase nada.

Pero Jimin era muy, muy paranoico.

Por eso antes de ir al partido aquella tarde, fue a la farmacia y compró muchas cremas antibióticas y aerosoles, vendas, gasas, y cosas que no sabía si necesitaría.
También, pidió a su madre que llevase unos cuantos bidones de energizantes y agua a la cancha y ella con gusto mandó a que los pongan.

El partido comenzaba a las cinco de la tarde, por lo que cuando llegó una hora antes de la farmacia comenzó a arreglarse.

Quería verse bonito para Jungkook.

Tomó un Jean estilo Wide color negro y si camiseta favorita color verde pastel, sus converse caña alta no podían faltar y menos aún su suéter de rana.

—Cariño, ya debemos irnos.

Su madre lo miraba orgullosa, su bebé se veía tan bonito y tierno que quería apretujar sus mejillas pero eso haría que el maquillaje de Jimin se arruine, así que se limitó. 

El rubio asintió para si mismo con la vista en el espejo.

—Podemos hacerlo —susurró dándose ánimos.

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No era partidario de las multitudes. Tampoco le fascinaba los gritos y el ruido fuerte, a consecuencia de que vivió en silencio la mayor parte de su vida, estar en medio de ello hacia que su cabeza quiera explotar.

Cuando el equipo tenia partidos, normalmente miraba desde la terraza del colegio. Pero ahora era diferente, ahora estaba en el vestuario con los chicos, quienes estaban demasiado nerviosos y con la adrenalina a full.

—Me duele la panza de los nervios —chilló Jackson. Jimin soltó una risa, desde que llegó se estaba quejando de ello. Pudo ver a Hoseok rodar los ojos y luego tirarle una pastilla.

—Te va a dar dolor de estomago luego de la paliza que te daré si pierdes ¿oíste?

—¡Eres tan cruel! —Dramatizó el musculoso.

—Ranita.

Se le crisparon los pelos al sentir la voz de Jeon tan cerca que hasta soltó un pequeño respingo. Giró su cabeza y soltó un suspiró de enamorado al verlo.

Captain ❁ཻུ۪۪ Kookmin Au ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora