Memoria #13

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Habían pasado unos días en el hospital, a la espera de que el cuadro de salud de Harry y su pequeño fueran verídicos, antes de que fueran dados de alta y pudieran irse a casa sin ningún inconveniente. 

Louis no se movió de la sala de revisiones hasta que le dijeron que todo estaba en orden con su bebé y pasó lo mismo con su Omega. Harry estaba recuperando su salud, gracias a que Edward lo estaba ayudando a cuidar y renovar sus defensas, no estaba bien del todo porque la recuperación era algo larga, pero no se sentía tan mal como antes.

Luke había ido a la habitación en la que se estaban quedando y les dio el alta muy sonriente, les dio pautas para formar el lazo con su cachorro, cuidados de madre e hijo, algunas vitaminas y medicamentos suplementarios para Harry y, por último, sus felicitaciones por haber traído a su hijo fuerte y sano.

—Es un bebé muy sano, no corren riesgo. Pero sí necesito que lo traigan para ponerle sus vacunas y revisarlo una vez al mes. Sabremos su casta en un par de semanas. 

Harry estaba sentado en la silla de ruedas, más que listo para poder irse a casa, y entre sus brazos estaba el cachorro dormido. Louis había llevado sus maletas al auto y cuando regresó Luke le dio un gran y fuerte abrazo en señal de agradecimiento. 

—¿Listos para irnos a casa?—pregunta Louis, en su tono de voz se podía escuchar lo contento que estaba, y deja un beso en la sien de Harry cuando asiente—Entonces, mis amores, vámonos.  

Luke los acompañó hasta la puerta para despedirlos.

Harry destapó el rostro de su cachorro para que Luke pueda despedirse también de él.

—Hasta pronto familia, adiós bebé. Cuídense mucho y cuiden de su pequeño frijol.

«Es por eso que tío Luke me llama frijol» exclama Jack, comprendiendo finalmente. 

Harry le sonríe y asiente en su dirección. 

—Adiós, tío Luke.

El Omega se sonroja y Louis sale con Harry hasta donde estaba su auto. Harry esperó unos minutos a que acomodara el asiento de seguridad donde iría su bebé, Louis lo tomó y se aseguró que estuviese asegurado en el asiento portátil antes de ayudar a su esposo a subir al auto.

Harry le mostró una bonita sonrisa y le robó un beso en los labios que dejó encantado al Alfa.

—¿Nos vamos a casa, precioso?—pregunta Louis viéndolo desde el retrovisor, Harry estaba acariciando la manita de su cachorro y el pequeño se removía hacia el aroma de su mamá. William estaba intentando guardarse esos momentos en su corazón.

—Vamos a casa, Lou.

A casa. 

Louis estaba llevando a su familia a su hogar, a su casa.

Y por primera vez en meses, Harry le pide encender la radio estando en el auto. 

No hacían eso desde hace dos años, desde que Elliot había fallecido, pero sí que hablaban o Harry escuchaba a Louis o él a Harry pero nunca encendían la música.

Entonces supieron que el tiempo de duelo estaba llegando a su fin.

Sabían que la ausencia de su cachorrito jamás iba a ser llenada con nada, pero su memoria siempre iba a ser honrada en sus vidas.

Iban a disfrutar de su pequeño cachorrito lo mejor posible. 

Cuando llegaron a casa, Harry dio un brinquito y sujetó a su bebé cuando escucha el grito de todos sus amigos reunidos en su sala. Se relajó cuando pudo distinguir quienes eran, incluso Emma y su nana Milena estaban ahí. Una sonrisa apareció en su rostro, Louis toma entre sus brazos a su cachorro y llevó a su Omega hasta el sofá.

How I Met Your Mother ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora