How I Met Your Mother ||Larry||

Memoria #1

Todo comenzó en Doncaster, en Inglaterra, un pequeño pueblo al sur de Yorkshire.

Eran los comienzos de la primavera, aunque el frío se sentía todavía en el aire. Al norte del pueblo se encontraban los suburbios de la ciudad, un vecindario con una vida muy estrafalaria y costosa.

Entre esas casas residía la familia Styles.

La familia Styles era poderosa debido a que eran reconocidos como una de las familias que destacaban en los negocios. Eran el prospecto de la familia perfecta.

Comenzando por el patriarca de la familia, Matt Styles, Alfa puro y dueño de su propia empresa exportadora. Casado con una jovial mujer, Katie, Omega abogada y dueña de su propio bufete de abogados. Siendo producto de esta unión dos hijos varones, el primogénito David y el menor Harry; Alfa y Omega, respectivamente.

Matt y Katie nunca estaban en casa, por lo que jamás veían a sus hijos. David ya estaba casado y tenía una pareja con la que estaban esperando a su primer hijo. Pero Harry, no. Él recién había cumplido los dieciséis y estaba por terminar la escuela secundaria.

Era un adolescente solitario, no tenía muchos amigos, pero tenía a su nana Milena que se encargó prácticamente de criarlo y él la admiraba como si fuera su madre. No había detalle de su vida que no se lo contara y era la única compañía que tenía en esa solitaria casa.

No había recuerdo de su vida en la que ella no estuviera, era la que se acordaba de su cumpleaños y la que le hacía soplar las velitas de su pastel que ella misma horneaba. Era a quien invitaba a sus festivales del Día de la Madre cuando era pequeño, porque su progenitora no tenía tiempo para acordarse de que existía, y se iban a comer helado a la plaza y a jugar con los patitos de la laguna.

Era la que conocía sus gustos musicales, la comida que amaba, su actividad favorita y todo lo que detestaba.

Al contrario de sus padres, ellos no conocían nada de él, reemplazaban su ausencia con obsequios costosos. Harry no era materialista, así que guardaba todas esas cosas en una maleta que tenía algo de ropa, que pensaba que utilizaría en una emergencia.

No recuerda la última vez que vio a sus padres estar en casa y tener un día en familia, ni siquiera cuando están en casa dejaban de trabajar. Las cenas eran silenciosas y muy incómodas. Pero cuando tenían que asistir a un evento, ellos se comportaban como si todo en su vida fuera perfecto.

Nadie sabía que su padre engañaba a su madre desde hace tiempo, ni que tenía otra familia en Holmes Chapel. Tampoco que su madre lo sabía todo y que era muy controladora con todos por esa razón. Mucho menos que su hermano estaba esperando que su padre se muriera para heredar la empresa porque era muy impulsivo e hipócrita.

Tampoco eran conscientes de que Harry se enteró de todas estas cosas cuando era tan solo un pequeño de nueve años, peor aún que se le rompió el corazón al saber que su padre era cercano a su otro hijo.

No conocía lo que era el amor de una familia unida.

Pero se imaginaba a sí mismo teniendo una familia muy feliz, con quien sea que fuera a compartir esos momentos.

Soñaba con conocer al amor de su vida y ser felices con sus propios bebés.

Pero se estaba adelantando.

Primero tenía que salir de esa casa infernal y llevarse a su nana con él e irse muy lejos de Doncaster.

Harry se levantó de su cama dispuesto a irse a la escuela de nuevo, le gustaba estudiar y le ponía mucho empeño; porque lo consideraba como su plan de escape de ese mundo solitario y cruel. A pesar de su solitaria vida era un jovencito muy alegre y risueño, cuando sus padres no estaban cerca, que disfrutaba de la vida.