Jisung esperaba ansioso las noticias por parte de su casi algo. Minho le había comentado que saldría junto a Changbin a buscar a su hermano, ya que tenían una pista que podría serles de gran ayuda.
El peliazul movía su pierna con inquietud, había pasado más de una hora y aún no había noticias del mayor, tenía miedo. Sabía perfectamente que este tipo de cosas eran sumamente peligrosas, temía que algo hubiera salido mal, que las cosas no acabaran como Minho esperaba. Solo deseaba que el pelinaranja no estuviera corriendo la misma suerte que su hermano.
Pero confiaba en Seungmin, él era un chico sumamente inteligente, sabría como manejar la situación. Había estado en situaciones mucho peores, el menor estaba hecho de acero, no existía cosa que lo derrumbara.
Se sobresaltó al escuchar el timbre de su hogar sonar con insistencia, hasta que pensó que quizás podría tratarse de Minho, por lo que se encaminó a abrir con velocidad.
—Hola sung.
—...Chris— saludó el peliazul un poco desilusionado, pero aún así dejó pasar a su amigo.
—Esperabas a Minho, ¿verdad?— cuestionó el rubio con una sutil sonrisa.
—No voy a negártelo, hace mucho que salió— admitió el menor.
—Seungmin me dijo donde están— comentó el mayor con algo de inquietud.
Jisung volteó a mirar con atención a Chris. Que Seungmin dijera donde se encontraba no era buena señal, lo sabía perfectamente, eso solo podía significar que podían estar corriendo peligro.
—... ¿De la nada?— interrogó algo asustado el peliazul.
—Solo fue un mensaje con su ubicación— respondió Chris, mostrándole el mensaje al menor.
Jisung sintió su estómago dar un vuelco, temía por la seguridad de Minho, realmente se había vuelto demasiado importante para él. Por esas razones se negaba a introducirlo en su mundo, contarle todo lo que vivía día a día.
—Todo va a estar bien sung, no te preocupes— intentó tranquilizarlo el mayor, al notar lo preocupado que se encontraba el peliazul— Seungmin a veces lo hace solo por precaución.
—Sabes tan bien como yo que él no pide ayuda, Chris.
—Lo sé, pero también sabemos que jamás deja que inocentes paguen los platos rotos— respondió Chris, envolviendo en un abrazo al menor— No te alteres antes de tiempo, sabes bien que de nada sirve.
Jisung se acurrucó en el pecho del rubio, e intentó que todas sus preocupaciones se fueran. Chris siempre había sido el fuerte de su pequeño grupo, era el que intentaba calmar las aguas y ayudarlos a toda costa. Realmente adoraba ser rodeado por sus cálidos brazos.
Aunque ya hacía un tiempo prefería ser abrazado por otra persona.
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