Algunas semanas habían pasado desde que Jeongin y Hyunjin habían retomado su relación, solo que esta vez eran algo más cercano a novios que solo a amigos con derechos, esto a petición del castaño.
Aún todo se encontraba demasiado tranquilo, Hyunjin ya había vuelto a su hogar, luego de hablarlo con Jeongin se dio cuenta de que era lo mejor, pero aún así iba a distorsionarles un poquito la verdad acerca del porqué había desaparecido a sus padres. Todavía se encontraba preparando todo para su próximo movimiento, no quería que nadie se entrometiera en ello.
—Innie... ¿Tu siempre estarás de mi lado verdad?— cuestionó el menor recostado sobre el pecho del nombrado.
—Por supuesto, cariño— aseguró el peliblanco— ¿Por qué lo dices?
—Quiero contarte muchas cosas, pero me da un poco de miedo que no me comprendas y me abandones...
—Nunca haría eso, puedes contarme lo que quieras— Jeongin mentía con descaro, con una tierna y comprensiva sonrisa dibujada en sus labios.
—Secuestre a Yongbok para lastimar a Changbin, quería verlo sufrir, quiero verlo sufrir— comenzó a contar el castaño— El se robó todo el amor que madre tenía para mí, me quitó lo que más he anhelado desde niño, entonces yo voy a quitarle lo que más anhela él.
—¿Qué quieres decir con eso?— interrogó con interés el mayor.
—El próximo Jueves planeo inventar alguna situación falsa para reunir a Changbin y toda su estupida pandilla en un punto específico, donde no tengan a donde ir y se encuentren completamente indefensos— explicó Hyunjin, manteniendo un tono de voz casi tierno— Ahí voy a emboscarlos, quizás mate a algunos y me llevare a Changbin y Yongbok conmigo.
—Has esperado tanto tiempo para apaciguar las aguas ¿Verdad?— cuestionó Yang— Eres muy inteligente, cariño.
—Lo sé, innie— respondió el menor con orgullo.
—¿Para que quieres a Yongbok y a Changbin?
—Voy a matar a Yongbok frente a los ojos de Seo, lo voy a asesinar de la forma más tortuosa posible para que Changbin sufra más— relató Hyunjin con tranquilidad, erizando cada vello en la piel de Jeongin— Luego le diré que todo es su culpa, que si no fuera por él Yongbok estaría vivo. Y lo liberaré, para que viva con ese tormento, si es que vive...
—Un plan maestro... Es fantástico— halagó el mayor con falsedad.
—Gracias por apoyarme, innie— comentó el castaño, acercándose a Jeongin para dejar un profundo beso en sus labios.
—Siempre, cariño, dime si necesitas algo— respondió el peliblanco regalandole una preciosa sonrisa.
Hyunjin sentía su corazón saltar de alegría, Yang podía notarlo en la boba sonrisa en sus labios. Podía notar lo feliz que estaba al tenerlo junto a él, podía notar que sentía que no se iba a equivocar, que estaba seguro de que todo iba a salir tal y como lo planeaba.
Que equivocado estaba.
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