𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟐

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Una vez en su hogar, Yongbok no podía parar de dar vueltas a toda la situación, las cosas no paraban de suceder y no terminaba de entender que tenía que ver él en todo el maldito problema, solo se había enamorado perdidamente de Changbin y no se arrepentía de ello.

Odiaba tanto a la vida, detestaba todo lo que pasaba y lo injusta que era. Changbin no merecía formar parte de la familia de Chanmi, no merecía pagar sus platos rotos, no merecía todo lo que le estaba pasando, todo el sufrimiento que esa mujer le hizo y le hacía pasar. Odiaba con todas sus fuerzas que todo fuera así, que las cosas se complicarán tanto, que acabarán enredados en algo que tanto odiaban.

Estaba enojado, muy enojado, con la vida y todos sus estúpidos obstáculos y sus vueltas ridículas, estaba enojado con el puesto que les había otorgado a personas tan buenas como Jisung y Seungmin. Estaba enojado consigo mismo por la pena que le causaba a los demás, estaba enojado por no ser fuerte, lo hacía sentir tan frustrado, realmente quería golpear algo en esos momentos.

Sus manos temblaban y su pecho subía y bajaba con velocidad, el enojo y la frustración se le escapaban de entre los dedos, como si se trataran de arena. Las ganas de romper algo fueron más fuertes de lo que podía controlar, acabo tirando todo lo que se encontraba sobre su mesita de luz, rompiendo la lámpara y algunas fotos que tenía con Minho, siguió con su mesa de estudio, esparciendo por todo el lugar sus lápices y papeles, los cuales comenzó a despedazar con desesperación, buscando que ese impulso destructivo que dominaba sus extremidades llegará a su fin.

Pero antes de que pudiera continuar alguien lo tomó de los brazos, tratando de evitar que siguiera destruyendo sus apuntes y que dejara de lastimarse. Cosa que desesperó a Yongbok, necesitaba liberar ese enojo de alguna manera, las ganas de destruir que cargaba en sus brazos aún seguían ahí.

—¡Suéltame Changbin!— pidió el menor removiendose entre los brazos del pelinegro, intentando escapar.

—Tienes que calmarte lix, no puedes destruir tu habitación— respondió Changbin, insistiendo en su agarre.

—¡No me estas ayudando, que me tengas así me desespera más!

—Solo llora, grita y desahógate, pero no de esta forma— sugirió el mayor, buscando que Yongbok dejará de destruir todo.

Yongbok siguió su consejo, liberando un fuerte y desgarrador grito, tratando de liberar todo el enojo que llevaba guardando durante un largo tiempo. Y lloró, abrazando con fuerza los grandes brazos de Changbin, lloro como nunca antes, dejando que se escuchara cada grito, haciendo palpable el dolor en cada uno de ellos.

Changbin sintió sus ojos llenarse de lágrimas al ver a su lindo pelirrojo de aquella forma, sintió su corazón romperse con cada grito en el llanto del menor. Yongbok había liberado todo su dolor con él, había confiado en Seo Changbin para verlo en su peor momento y se había aferrado con tanta fuerza a su reconfortante cariño.

—Tranquilo amor, todo va a mejorar, te prometo que voy a dar todo de mi para que puedas ser feliz— intentó consolar el mayor.

—Es tan injusto bin, ¿por que la vida es tan mierda?— cuestionó Yongbok con enojo, pero ya más tranquilo— Te juro que no lo entiendo.

—La vida no esta para entenderla, está para vivirla— respondió el pelinegro envolviendo aún más el cuerpo del menor entre sus brazos— Se que es difícil, pero lamentablemente es así.

—Solo quiero entender que hice mal para merecer todo esto ¿En serio fui tan malo?

—No rojito, nada de esto es tu culpa, la vida es injusta y le gusta jugar a lastimar. Jamás te culpes por las cosas que te hacen los demás— negó Changbin, sintiendo sus ojos cristalizarse nuevamente al escuchar las palabras del pelirrojo— Eres una hermosa persona, una bella rosa que muchos buscan marchitar.

𓏲ָ 𝑨𝒑𝒊 𝑲𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓❤️‍🔥//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora