Changbin se encontraba en camino a buscar a Seungmin, había intentado dormir lo máximo posible, pero era difícil con la persona a la que amaba corriendo tanto peligro. Pero de todas formas había procurado seguir las instrucciones que Kim le había dado la noche anterior.
También había hablado con su padre, quién se encontraba algo molesto por la decisión que había tomado. Pero debía comprenderlo, todos sabían que la policía no iba a encontrar a Yongbok, sin importar quienes fueran sus padres o cuánto dinero tuvieran. Y Dongseok sabía mejor que nadie cuanto Changbin amaba al pelirrojo.
Pero Dongseok también sabía lo mucho que se había esforzado para mantener a su hijo alejado de ese sucio y peligroso entorno, donde una venganza podía significar la muerte y las balas podían ser tus mejores amigas o tus peores enemigas. El mayor se había esforzado tanto para que Changbin pudiera tener una vida normal, se había esforzado para no vivir con el corazón en la boca cada que su hijo salía de la casa, y era tan frustrante ver cómo a pesar de todo su pequeño terminaba rodeado de ese tipo de personas.
Pero el amor es así, te lleva a hacer cosas que no harías por nadie, a romper todas las reglas, a salirte del buen camino. Puede ser tan bueno como malo, puede arruinarte o salvarte, puede elevarte en el cielo o enterrarte bajo metros y metros de tierra.
Y para Dongseok, su hijo estaba siendo víctima del amor.
Changbin se encontraba estacionado fuera de la gran mansión de los Kim, esperando la llegada de su compañero. Los minutos comenzaban a pasar y no había señales de Seungmin, no respondía las llamadas ni los mensajes, provocando que el pelinegro comenzara a preocuparse. No podían estar desapareciendo tantas personas.
Decidió bajarse de su vehículo e ir él mismo a buscar al menor, subió las escaleras que llevaban a la galería y toco el timbre, esperando a ser atendido. Segundos después una mujer baja y delgada, de cabellos largos y rojizos abrió la puerta. Sin dudas ya sabía de dónde venían los buenos genes de Seungmin.
—¿Hola?— saludó la mujer algo confundida.
—Buenos días señora Kim, soy Seo Changbin, estaba buscando a Seungmin— informó el menor procurando ser lo más educado posible.
—Oh claro cariño, pasa— pidió Soomin haciéndose a un costado para dejar pasar al pelinegro— Vas a tener que ir a despertarlo tú, ahora mismo estoy en una reunión— comentó la mayor acercándose a las escaleras siendo seguida por Changbin.
—Lamento haber interrumpido— se disculpó el menor con pena.
—No te preocupes, Seungmin debió haber bajado antes— le quitó importancia la pelirroja— Es la última a la izquierda— indicó Soomin antes de volver a su despacho.
Changbin subió las escaleras a paso apresurado, le sorprendía que Kim fuera tan irresponsable, él no solía ser así. Se preguntaba si le pasaba algo, si había pasado una mala noche o si se sentía mal. Realmente esperaba que solo fuera una alarma que no sonó o algo por el estilo, no le gustaría ver al menor pasando un mal momento.
Finalmente llegó a la segunda planta de la mansión y se giró a la izquierda en busca de la habitación del castaño, la cual se encontraba al final de un largo pasillo, pasando unas dos habitaciones antes. Caminó con sigilo hasta quedar frente a la puerta y tocó unas tres veces, pero nadie respondió.
—¿Seungmin?— llamó con duda el azabache— Seungmin, voy a entrar.
Abrió sigilosamente la puerta, intentando no hacer mucho ruido, lo que era algo irónico ya que iba a despertarlo. Una vez dentro pudo saber que la habitación era enorme, y las dos puertas anteriores no daban otros cuartos, sino al mismo de Seungmin. Finalmente dio con la cama del menor, donde este dormía plácidamente.
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𓏲ָ 𝑨𝒑𝒊 𝑲𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓❤️🔥//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣ
Storie d'amore¿𝘘𝘶𝘦 𝘵𝘢𝘯 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘶𝘵𝘢 𝘱𝘶𝘵𝘢 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘪 𝘴𝘦 𝘭𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘰𝘯𝘦? ¿𝘊𝘶á𝘯𝘵𝘢𝘴 𝘷𝘪𝘥𝘢𝘴 𝘦𝘴 𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻 𝘥𝘦 𝘢𝘳𝘳𝘶𝘪𝘯𝘢𝘳? ¿𝘊𝘶á𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘢𝘮𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘴 𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘳? ⚠️Violenc...