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Bueno es hora de arreglar ésto dijo Naruto colocando la mano sobre el estómago de gaara justo sobre el sello  —Ahora, ustedes también vendrán conmigo—.  extendiendo la mano hacia kankuro y Temari.

Nosotros? Ir? Adónde? Preguntó kankuro.

Vamos a recuperar a su hermano menor.

Temari fue la primera en extender su mano hacia el hombre rubio y luego kankuro al ver la determinación de ella.

También tu vendrás con nosotros dijo Naruto a su yo más pequeño.

Yo?

Así es, necesito que vengas, puede que yo sea amigo de gaara en el futuro pero él no me necesita a mí sinó a alguien que sea igual a él.

El rubio menor entendió a su futuro Yo así que también tomó su mano.

Naruto sonrío y entró al espacio mental de gaara.

Los visitantes del mundo exterior se sorprendieron al ver que habían sido enviados a un enorme desierto con cielos tormentoso y formaciones rocosas por todas partes.

En donde estamos preguntó kankuro.

Esto es la representación de lo que hay en la mente y alma de gaara.

Pero es tan...

Tendrías que ver la mía hace unos años, era una maldita alcantarilla.

Y donde está gaara?

RWAAAAAAAAH!!!

Por allá dijo Naruto viendo que a la distancia había una enorme cola moviéndose en el aire.

Rápidamente Naruto y las pequeñas versiones de sus amigos llegaron donde estaba gaara y frente a él estaba un enorme mapache de arena encadenado a unas columnas rocosas que intentaba liberarse con furia y demencia.

Es el Shukaku dijo kankuro.

Tranquilos, no puede lastimarlos.

Gaara! Gritó Temari al ver que la arena intentaba atrapar a gaara pensando que era el Shukaku quien la estaba controlando.

Tranquilos todos, la arena no lo está atacando, intenta alejarlo de Shukaku dijo el rubio mayor.

Rápidamente una forma de mano se levantó del suelo y llevó a gaara hacia Naruto.

El chico estaba asustado viendo hacia arriba a aquel hombre que había logrado derrotarlo sin ningún esfuerzo y que además había asustado a su madre al punto de que ya no le hablaba.

No, tú no, no voy a morir, no quiero morir, ¡Aléjate!

Naruto sonrío y se hizo a un lado dejando pasar a los hermanos de gaara.

Temari, kankuro que hacen aquí? Porqué están con ese hombre?

Él te ayudó, arregló el sello que contenía al Shukaku dijo la chica viendo al tanuki de arena luchando por soltarse.

Gaara vió al enorme mapache y se asustó, entonces la arena se levantó y lo cubrió como un capullo.

Naruto vió esto y sonrió  —El amor de una madre puede vencer incluso la muerte ¿no es así, karura-san?—

Tanto kankuro como Temari voltearon a ver a Naruto quien sonreía con tristeza, incrédulos de sus palabras.

Mamá? Dijo Temari mirando fijamente la cúpula de arena.

Así es, el espíritu de tu madre era tan fuerte que se quedó con gaara para protegerlo de cualquier peligro, la arena que salía en defensa de gaara nunca fue el poder del Shukaku, era karura-san quien lo protegía.

La Pequeña Nueva Sombra del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora