12

222 58 7
                                    

     No gané a los bolos y ustedes parecían felices, burlándose de mí. Alguien mencionó que eran patéticos, porque la única forma de ganarme fue lejos de mi propia cancha.

     Pagué una ronda de cerveza para todos ese día.

     Ustedes solían beber un poco más que un vaso, pero yo apenas me acababa el mío. Me divertía de todas formas. Reía con soltura con ustedes.

     Algo en nuestra conversación debió molestarte, porque me trataste diferente desde entonces. Esa misma noche te atrapé mirándome varias veces. Y camino a casa pasaste un brazo sobre mis hombros.

     Antes de irte, te detuviste y sonreíste, a pesar de que me percaté de que te esforzabas por hacerlo.

     –Si estás aburrido o si quieres hablar de cualquier cosa sabes donde vivo.

     Asentí sin entender, aunque contento de que nuestra relación diera un paso adelante.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora