Serendipia

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     Hola, bebé.

     Sé que debes estar enojado o confundido por lo que hice. Antes que nada, quiero decirte que no debes sentirte ni arrepentido ni culpable por mis propias decisiones. Ni tú ni nadie podía ayudarme a cambiar mi parecer. Mi decisión estaba tomada, como te había dicho.

     Ahora mismo soy yo el que está enojado conmigo, por permitirme estar contigo sabiendo lo que iba a hacer. Fui egoísta, lo sé. Lo lamento mucho, pero al mismo tiempo no lo lamento. Así de egoísta puedo llegar a ser. Quise apartarme de ti para no hacerte sufrir cuando esto sucediera, pero fui débil al final y te abrí los brazos. Me permití sentir esto por ti y fue hermoso.

     Pero eso no es suficiente como para querer vivir.

     Lo siento, una vez más.

     No es que tú no seas suficiente. Eres mucho más que eso. Eres brillante, interesante, generoso, maravilloso por completo. Eres de las mejores personas que he conocido nunca.

     Pero no puedo vivir por alguien más. Ni siquiera puedo vivir para no lastimarte, porque estoy lastimándome a mí al hacerlo.

     Realmente me lastima vivir. No puedo explicártelo por completo, porque esto es todo lo que tengo que decir. Yo tampoco termino de entenderlo. Pero no puedo soportarlo más.

     No quiero hablarte de esto, de todas formas.

     Sólo escribo para decirte lo mucho que te quiero y lo mucho que has significado para mí. Eres mucho más de lo que merecía. Mucho más de lo que alguna vez soñé. Si yo hubiese sido otra persona, sé que hubiese sido feliz contigo.

     Seguro que quieres saber algunas cosas de mí que nunca te dije. Aquí van:

     Mi padre intentó tener una relación conmigo después del divorcio, pero llegó un momento en el que supongo que se aburrió. Consiguió una nueva familia y desapareció paulatinamente de mi vida. Sufrí mucho por ello y no lo entendí hasta hace muy poco. Hay veces en las que, simplemente, las cosas no funcionan. Ni siquiera el amor de los padres, que se supone debe ser incondicional.

     Los padres, como bien aprendí en los últimos meses, son humanos también.

     No voy a casa de mis familiares porque usualmente la paso mal allí. Mi madre va por compromiso, pero tampoco le gusta demasiado. Lo hace por su propia madre y lo entiendo. Hace tiempo que me cansé de que me hicieran daño con sus desprecios y sus constantes muestras de odio hacia otras personas. Creen tener siempre la razón y derecho a opinar sobre los demás. Antes lo soportaba porque no me parecía algo muy grave, pero luego comenzó a consumirme a mí también. Me di cuenta de que me estaba pareciendo a ellos y no quería ser esa persona. Así que considero a mamá como mi única familia.

     Realmente no sé qué hacer con mi vida. Te dije que comenzaría la carrera de ingeniería, pero lo cierto es que no me llama nada la atención. Pienso que las ciencias sociales son más lo mío. Pero, ¿es así? Soy bueno en matemáticas y ciencias duras y seguro no me irá mal, pero no siento que mi corazón lata de emoción por eso. ¿Tú que piensas?

     Acabo de reírme de mí mismo. En realidad no siento emoción por nada, así que no sé por qué dije eso acerca de la carrera.

     Te vi tomar fotos a lo que te llamaba la atención algunas veces, pero nunca tomamos una foto juntos además de en mi cumpleaños. Tampoco tomaste una foto de mí. Debí pedírtelo, porque me hubiese gustado hacerlo. También me hubiese gustado tener una foto de ti, aunque siempre que cierro los ojos puedo verte.

     Te ves tan apuesto últimamente que no puedo dejar de mirarte.

     Gracias por llegar a mi vida. Eres de lo mejor que me ha pasado.

     Quisiera verte dormir toda la noche y abrazarte todo el día. Llenarte de besos hasta que sueltes esas pequeñas risas que tanto me llenan el alma. Eres hermoso, Marco. Todo en ti es hermoso. Desde la forma en la que miras hasta tus silencios.

     Lo lamento, una vez más.

     Espero que nos veamos en otra vida.

     Te quiero con todo mi corazón. No dudes ni un segundo de ello.

     Tuyo, Timothée.