129

93 22 5
                                    

     Mi mejor amiga se había graduado casi al mismo tiempo que tú. En algún punto de la carrera, el estrés fue demasiado como para llevar las materias al día y había decidido bajar el nivel de estrés, dejando algunas materias para el año anterior.

     No nos veíamos tanto como antes debido a mi trabajo, pero aún así manteníamos tanto contacto como podíamos.

     Al terminar la carrera, se mudó a la capital también y estaba aplicando a varias aerolíneas para comenzar a trabajar. Un par de ellas la tenían en espera mientras repasaban su perfil.

     Después de muchos años, le gustaba alguien otra vez. Pero no sabía si era buena idea comenzar una relación.

     –¿Funcionará si estoy siempre tan lejos de casa? –me preguntó.

     Estábamos sentados en la penumbra de su sala y ella balanceaba su copa de vino sin tomarla. Yo aún no podía acostumbrarme al sabor.

     –Bueno –comencé diciendo–. Míranos a nosotros. A veces pasamos sin vernos un par de semanas si tengo que viajar, pero todo está bien. Se trata de confiar en el otro y aprovechar al máximo el tiempo que sí tenemos juntos. Tiempo de calidad y todas esas cosas.

     Continuaba poniéndome un poco vergonzoso al hablar tan abiertamente de nosotros. Estaba bien si lo hacía contigo, pero seguía siendo un poco reservado. Incluso aunque habíamos logrado tener otros amigos, de tu universidad o del equipo de natación (incluyendo a todas las personas que no eran nadadores), me costaba abrirme. Tardé un poco en darme cuenta de que no había nada malo en ello.

     Mi amiga me miró como si estuviera bromeando.

     –Ustedes son una cosa diferente –dijo y yo alcé la ceja.

     –¿Por qué?

     –Porque nacieron para estar juntos.

     –Eso no significa que no trabajemos en nuestra relación –agregué enseguida para no sonreír demasiado.

     –Pero... –hizo un ademán y resopló–, ya sabes, se les da de forma natural. Como magnetos.

     Se explicó muy mal, pero yo estaba feliz de que dijera que éramos el uno para el otro.

     Al final se decidió a comenzar la relación y arriesgarse a terminarla en algún momento.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora