La primer carrera de Ted

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Christian POV 

¿Cómo mierdas me metí en esto? Ah, ya recordé, dos horas de escuchar a Ted rogarme y mostrarme gráficas e información 100% confiable acerca de la seguridad en los autos de carrera Ferrari, y mierda, me dejé convencer pero ahora estoy a punto de que se me reviente una úlcera en el estómago de la preocupación y solamente está probando el auto, y claro, Taylor lo ha estado entrenando, pero no me gusta que mi hijo de apenas 17 años, recién cumplidos hace tres meses, esté en un autódromo de Seattle preparándose para su primer carrera y me están carcomiendo los nervios, no importa que tan seguro pueda ser el auto, siempre hay un riesgo grande y confío en el talento de Ted, porque se que es bueno pero es mi hijo y es mi deber preocuparme por su seguridad y bienestar.

-Estás muy distante, Christian -me dice Alex con el ceño fruncido, al parecer es muy obvia mi preocupación.

-Estoy al borde del colapso nervioso, estoy pensando en todos los riesgos que corre, Ted.

-Pero él es muy bueno, Taylor dijo que tenía un talento natural para esto, además no hay mucha diferencia en los riesgos que corre al volar el helicóptero, de los que corre con ese auto.

Y tiene razón pero no puedo evitarlo.

-Tienes razón pero aún así todo eso está en mi cabeza, no sé cuándo se va a ir.

-Entiendo tu miedo, yo también estoy muy asustada de que le pase algo pero debemos confiar en que el va a ser prudente y hará todo con seguridad, además que es muy talentoso.

-Lo sé, pero cuando eres padres no puedes evitar sentirte de esta manera, siempre preocupado y queriendo proteger a tus hijos del riesgo más pequeño –esa es la verdad, aprendí a ser menos egoísta porque tenía personitas que cuidar pero creo que Ted ya no tiene 5 años, lo tengo que dejar correr riesgos, pero es mi hijo y siempre me voy a preocupar por él.

-Eres un excelente padre, Christian, pero él ya no es un niño, además que está enamorado de lo que está haciendo –su mirada se dirige hacia mi hijo que está dentro de su automóvil, lo ve con amor, con ternura.

-Me consta que ya no es niño, puedo ver que en verdad ama esto y sobre te ama a ti, para mí eso último representa más que todo lo demás.

-Y yo lo amo más que a nada en el mundo, no me imagino mi vida sin él.

-Eso me mantiene tranquilo, tengo la certeza que tú lo mantendrás con los pies sobre la tierra y que su amor es incondicional –la miro a los ojos y ella tiene ese brillo tan especial que solo alguien muy enamorado tiene, además que su sonrisa es de autosuficiencia.

-Que te puedo decir, el chico tiene su encanto especial –me dice en broma y ambos reímos, mi hijo en verdad tiene su encanto, es un Grey y como tal somos encantadores.

-Es mi hijo, tenemos un encanto especial todos los Grey, cuando tengan sus hijos lo verás –cosa que espero no suceda ahora, no soy quién para decirle a mi hijo que no tenga sexo, si buscas la palabra sexo en el diccionario, yo soy parte de la definición pero aun son muy jóvenes para ser padres y no es como si fueran a tener problemas económicos o algo por el estilo, pero primero deben cumplir sus sueños y después formar una familia, además soy muy joven para ser abuelo.

-Si van a ser como el padre y el abuelo, no puedo esperar para tenerlos, creo que esos niños van a ser más malcriados que Phoebe, lo cual es mucho decir –suelto una carcajada ante su comentario, es la verdad, mi hijo es un poco malcriada pero es muy buena persona.

-Pues no te voy a mentir, yo personalmente me voy a encargar de que a mis nietos nunca les falte nada, además que Ana los va a consentir con su deliciosa comida y sus tíos, no le digas nada a Phoebe porque te aseguro que empieza a planear las fiestas de cumpleaños, pero espérense unos cuantos años más para tenerlos.

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