La primera vez en el cuarto rojo

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Ted POV

Llegamos al Escala tambaleándonos fuera del elevador, en verdad extrañaba al amor de mi vida, sin ella mi vida es mísera y cruel, soy un cuerpo vacío andante, pero sintiendo sus labios en los míos estoy completo, pero no debo dejar que esto vaya demasiado lejos aún, quiero tomarla en un lugar diferente, espero que no me tome como un loco pero desde hace tiempo he querido estrenarla pero ninguna había encajado conmigo, solamente mi hermosa chica.

-Alex, te quiero tomar en un lugar algo diferente -le digo mientras beso su cuello, estamos junto a las escaleras solamente basándonos.

-Nunca lo habíamos hecho en el Escala, eso ya es algo.

-Si lo es, pero quiero tomarte en un cuarto especial, siempre he soñado con tenerte allí.

-¿Qué cuarto, Ted? -nos separamos y sus ojos muestran una curiosidad sensual.

-Vamos arriba.

La tomo de la mano y subimos las escaleras, no tengo idea de como vaya a reaccionar pero espero que no salga corriendo, más yo conozco a mi chica y es valiente, se que va aceptar el reto.
Nos paramos fuera del cuarto de juegos, aún me extraña venir aquí y pensar en lo que hacía mi padre, eso me hizo comprar mis juguetes propios, claro el obseso del control sabe de esto y no dijo nada, solo torció la boca con diversión y me miró como si nunca antes me hubiera visto.
Abro la puerta del cuarto y enciendo la luz, todas las paredes rojas se iluminan y la gran cama nos hace una sexy invitación pero aún no vamos a hacer nada ahí, primero tengo que tomar su reacción y calmarla si se sale de control, pero está muy calmada y callada, no sé si es bueno.

-Di algo que me vas a matar.

-¿Desde cuando haces esto? Me fui hace unos meses -de todo lo que pudo haber pensado, se le ocurrió eso.

-No es que yo sepa mucho, pero te voy a decir la verdad, esto es de mi papá.

-Elena -todo regresa a su mente y ahora ya conectó el pasado de papá con este cuarto-. ¿Y por qué se te ocurrió usarlo conmigo?

-Fantasía sexual, eres sexy, soy sexy, nos amamos, no encuentro otra razón.

-Si lo dices así, no suena tan loco -su mirada no dice mucho pero por su respiración puedo decir que esta excitada, sabía que no me iba a fallar.

-Ya te he amarrado antes y no te has opuesto, no hay mucha diferencia.

-Si la hay, esto es como la Inquisición Española, cada instrumento de tortura está aquí y ha sido usado por tu padre.

-Por eso no utilizaremos sus juguetes sino los míos, los que yo compré.

-Sabes que estás loco ¿verdad?

-Estás excitada y lo sabes, además no tienes idea de lo que he preparado para ti -cierro la puerta con seguro y la llevo de la mano hasta sentarla en la cama.

-Odio que ni siquiera me pueda resistir.

-Y a mi me encanta, vamos a sacarte de ese vestido.

-Ten cuidado, es tela muy delicada.

-No te preocupes, es más dejame hacer todo el trabajo a mí, ni siquiera hables.

-¿Eres el amo? -su mirada tiene una picardia que enciende todo dentro de mí.

-¿Perdón? -le pregunto inclinando mi cabeza un poco en diversión, si vamos a jugar a esto, lo vamos a hacer bien.

-Lo siento ¿es usted el amo?

-Sí, lo soy, nena.

La tomo por el cuello y la acerco a mí, besandola lentamente pero con pasión, Alex trata de tomarme por el cuello pero se lo impido sosteniendo sus manos por detrás con una de las mías, he extrañado besarla y tenerla en mis brazos.

Historias Cortas de GREYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora