Querida, los niños están enfermos

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Parte 1

Christian POV

Mierda.

Me encanta hacer el amor con mi esposa, es como si esta fuera la manera en que nos conectaramos con más profundidad, además que amo verla retorcerse debajo de mí cuando alcanza el orgasmo, se siente tan bien estar dentro de ella, nunca lo creí posible pero al final, si estábamos hechos el uno para el otro.

-Te quedaste pensando Christian ¿sucede algo? -mi adorada esposa frunce el ceño cuando nota que me quede pensativo, se acostó boca abajo en la cama, mostrando su espalda desnuda para que yo pudiera acariciarla.

-Nada de qué preocuparse Ana, solamente pensaba en cuán afortunado soy de poder hacerte el amor todos los días.

-Christian -su mirada severa se clava en mí, está bien, tiene razón, en el pasado le di razones para que pensara que yo estaba tramando otra cosa pero esta vez no.

-Créame señora Grey, mis pensamientos son solo para usted y nada ni nadie más jamás los podría ocupar, excepto nuestros hijos pero creo que usted ya sabía eso.

Me agacho un poco y comienzo a besar su espalda poco a poco mientras que con una mano acaricio su trasero con lentitud, ya tengo una erección.

-Hablando de nuestros hijos, ya es tarde y no se han levantado, es muy extraño, son iguales a su padre de madrugadores -Ana me sonríe pero se endereza preocupada, pero tiene razón, nuestros hijos siempre se levantan temprano, incluso en sábados como hoy.

-Probablemente ya estén despiertos pero jugando.

-No lo creo, algo les pasa.

-No me empieces a preocupar Ana, vamos a verlos mejor.

Ambos nos levantamos con rapidez de la cama y nos vestimos con nuestras pijamas apresuradamente para después salir del cuarto, Ana va con Phoebe y yo con Ted, aún no puedo creer que mis hijos tengan seis y nueve años respectivamente, los amo más de lo que imaginé, además tenemos a nuestro pequeño Christopher de apenas tres meses, él ahorita está dormido, hace una hora Ana se levantó a darle de comer y a cambiarlo.

Cuando entro al cuarto de mi hijo no lo alcanzo a ver por ningún lado pero sé muy bien que está aquí porque sus juguetes están tirados y mi hijo, para su edad, es muy ordenado.

-¿Dónde podrá estar Teddy? Al parecer los monstruos se lo comieron porque no encuentro a mi campeón, voy a tener que ir a navegar solo.

-No -un pequeño cuerpo se estrella ligeramente contra mi pierna y abrazándome fuerte.

-Ya apareció Teddy.

-¿No vas a ir sin mi a navegar, papi?

-Claro que no, nunca podría navegar sin mi segundo al mando.

-¿Voy por Ebbie?

-Mamá fue por ella, por lo pronto, tenemos que desayunar y asearnos.

-¿Mamá preparó el desayuno?

-No campeón, primero fue a ver porque tu hermana no se había levantado.

Levanto a mi pequeño en brazos y lo veo un poco pálido, pero no dice nada.

-Teddy ¿te sientes bien? ¿te duele algo?

-Me siento muy bien.

-Porque presiento que eso no es verdad.

-Está bien, me dolía la panza cuando desperté pero tomé agua y se fue el dolor.

-No me gusta eso, vamos a ver a tu hermana y veremos que vamos a hacer.

Historias Cortas de GREYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora