Obssesive. [EN EDICIÓN].「KᴏᴋᴜKᴀɪ」

-27- [Especial de Halloween🎃2/2].

- ¿Que?.

Fue lo que dijo Kokushibo al ver a Kaigaku frente suyo, sentado en el suelo de la habitación, observando unas cosas que tenían en sus manos. Su mirada fue directamente al redondo trasero de este, donde ya hacía una pequeña cola esponjosa de color blanco.

Trago saliva analizando cómo era que estaba vestido su esposo, [" Pero... Dios mio "], pensó viendo detenidamente al menor, ese traje... Le quedaba tan bien que... ¡Oh mierda!, Kokushibo juraría que tenían un gran problema entre sus piernas. Dejó caer aquella bolsa de sus manos haciendo notar su presencia. Kaigaku volteo a verlo y sonrio de lado se levantó con un poco de dificultad, estaba mareado, pero aun asi, se acercó a su esposo enredando sus brazos en el cuello de este. [" ¡Dios bendiga a las personas que crearon a este hermoso hombre que tengo en frente! "], pensó viendo mejor a Kaigaku, de pie, se veia muchisimo mejor.

- Michikatsu... Esposo mio, hip, ¿Porque demoraste tanto?. -Preguntó el más bajo ladeando la cabeza acariciando lentamente los cabellos ajenos.

- Y-Yo... Bueno, tuve algunos problemas en el trabajo y... Ya sabes. -Trato de explicar sintiendo un calor en su rostro, algo se deslizaba por su nariz.

- Hip... ¡Koku, estas sangrando! hip... Ven aqui. -Dijo obligando a Kokushibo a sentarse en la orilla de la cama para luego sentarse él sobre las piernas de este.

- K-Kai... Bajate. -Pidio, pero Kaigaku hizo caso omiso y busco con la mirada algo para limpiar la hemorragia nasal que tenía su esposo en estos momentos.

Kaigaku encontro lo que estaba buscando, una camisa sucia iba a servir para limpiar la hemorragia del mayor. Acarició levemente la mejilla ajena y acercó el rostro ajeno para poder limpiar aquella sangre. Kokushibo quería resistirse, pero algo no lo dejaba y ese algo era... ¡Las fuertes ganas de follarse a Kaigaku en este preciso momento!. EL menor estaba tan concentrado en su labor que no sintió las manos ajenas empezar a deslizarse por sobre sus muslos.

No tardó mucho en limpiar la sangre y sonrió satisfecho al ver que ya su esposo no sangraba, dejó la camisa de lado y sujeto entre sus dos manos el rostro ajeno y le dejo un pequeño beso en la punta de la nariz para luego observar como los ojos de Kokushibo lo observaban con lujuria y sin aviso alguno el mayor lo empezó a besar. De un rápido movimiento las manos del mayor ya no estaban en los muslos ajenos sino que estaban ahora en la cintura, lamió lentamente el labio inferior ajeno para luego morderlo haciendo que Kaigaku soltara un pequeño gemido mientras abrazaba el cuello del mayor sosteniendo entre sus dedos los cabellos del contrario.

Los labios de ambos danzaban en un ritmo maravilloso, ambos se besaban con desesperación, como si no hubiera mañana alguno o como si ese fuera el ultimo dia que ambos pudieran estar juntos. Las manos de Kokushibo se deslizaron por la espalda de Kaigaku para luego bajar y acariciar el trasero de este y luego sus muslos, mordió nuevamente el labio inferior del menor haciendo que este volviera a soltar otro gemido. Kokushibo acomodó mejor a Kaigaku sobre su regazo, haciendo que quedara sobre su miembro y que también pudiera observar mejor la hermosa figura de su hombre frente a él. Agarró la brazo derecho de Kaigaku y quito lentamente aquel accesorio que tenia en su muñeca para luego hacer lo mismo con la otra, todo bajo la atenta mirada de Kaigaku. 

- Mueve.... Mueve un poco tu cabeza, necesito quitar esto. -Dijo viendo el pequeño moño de color negro en el blanco cuello de Kaigaku.

El menor obedeció y ladeo un poco su cabeza haciendo que Kokushibo pudiera quitarle aquello que a su parecer el molestaba al mayor. Se acercó y le planto un beso en los labios para luego sonreír y abrazar el cuello del mayor el cual lo agarró de la cintura cambiando de posiciones recostandolo en la cama quedando entre sus piernas. Las manos de Kaigaku se deslizaron por la ancha espalda de su esposo para luego quitarle la capa y el saco que acompañaban ese disfraz de vampiro, para luego desabotonar unos cuantos botones de aquella camisa blanca.