Una mujer de tez clara, cabello largo y expresión madura, ha llegado a la enorme ciudad Mallyera, un sitio donde hay un gran movimiento y donde las luces de neon brillan todas las noches.
La ciudad es enorme para una sola persona que jamas ha visitado el lugar, pero ella se atreverá a explorarla, por un motivo muy importante. Tomando su bolsa y abrigo en mano, con ayuda del dedo pulgar, consigue un aventon, para empezar su viaje en una mision propia en ese extraño sitio inmenso.
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—Hola, cariño— La joven lanza un beso volador, al chico de cuarto semestre de periodismo.
El chico de cabellos alborotados y castaños, devuelve el gesto coqueto y pasa de largo rumbo a su salon.
El timbre de la primera clase resuena, apurando a los universitarios a sus salones.
—¡Oh no, mierda!— Apuró sus pasos, sabiendo lo cascarrabias que era el maestro.
—¡Mueve esas piernitas, Aria!— Xavi, un amigo, se le adelantó veloz.
—¡Bastardo!— Esta vez corrió para darle una buena patada.
Con suerte, ambos revasaron al viejo maestro de lentes gruesos ya en la puerta, aunque se ganaron una mala mirada del hombre.
Agotado, Aria avanzó hacia una banca libre, mientras respira agitado por la carrera.
El maestro cierra la puerta, dejando a un par de estudiantes afuera que no alcanzaron a ingresar, el hombre esboza una sonrisa burlona y despide con la mano a los que no alcanzaron a entrar.
—¡Lapiceros azules en las mesas!— Ordena el maestro en voz alta.
—¡¡¡Nooo!!!— Se queja el salon entero.
El hombre disfrutaba el poder que poseía y su sonrisa era muestra. Él avanzó por el espacio libre, con una caja en la mano, recaudando todos los teléfonos celulares de cada estudiante.
Pronto hubo un examen sorpresa, en el que muchos querian morir al vaticinar sus bajas calificaciones.
Aria pasó los ultimos veinte minutos, adivinando las respuestas al azar. Sus dedos tamborileaban su menton, estaba sin tener idea del examen y los ojos astutos del maestro no le permitían ver a los lados.
—¡Tienen cinco minutos!
—¡¿Qué?!— Aria se cubrió la boca cuando el maestro le señaló amenazadoramente.
A hora puntual, el maestro les arrebató los exámenes y se marchó, dejandoles la hora libre y siendo seguido por aquellos que quedaron afuera.
Aria emitía suspiros profundos, despues de la tortura reciente.
—Hey, Aria. Hoy habrá examen en el estudio del ultimo año ¿Quieres ir a ver?
Un grupo de chicos han decidido aprovechar su hora libre, para curiosear en los examenes en el estudio de television de la universidad. Aria mueve la cabeza y tomando sus cosas, los sigue de inmediato.
En el edificio del canal universitario, el grupo avanza hacia el penúltimo piso, donde ya ha iniciado las pruebas. En silencio se adentran al área de noticieros. Hay unas cuatro cámaras dirigidas por los mismos estudiantes y hay una joven con ropa formal frente al escritorio, donde simula dar las noticias que son evaluadas por tres maestros.
Despues se observa a otro joven que toma asiento y con guía en mano, da su nota informativa acerca de una actividad cultural de la ciudad, su carisma es nata, ademas de sus expresiones faciales acorde al tema que ha elegido y claro, es guapo a los ojos de Aria.
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Destinado al Alfa
FantasyLibro II. Segunda parte de: EDUCANDO AL ALFA Aria Johans se ha enamorado a primera vista de Brent Sandini, un alfa de mal humor, grosero y engreído. Mientras la vida de Aria es un caos trabajando para Brent. En un mundo de sueños, es espectador de o...