Dahlia hizo todo por seguir su rastro y finalmente lo habia encontrado. Verlo perfectamente por primera vez, lo sintió como una vieja sensacion que le trajo memorias de añoranza.
Ver el rostro tan parecido al doncel que conocía, ver sus ojos igual de brillantes con un encanto infantil, no hizo mas que confirmarle que la busqueda habia valido cada maldito segundo.
—¿Me conoce? ¿Quién es usted?
—Me llamo Dahlia, quiza no me conozcas, pero yo a ti si— Se presentó ella, en tanto su mirada analizaba lo que ocurría con Arin. Al parecer, habia llegado algo tarde.
Ella podia percibir el alma del omega, esta estaba turbada y parecia que se iba a extinguir en cualquier momento, hasta el momento de hallar otro ser en el cual renacer. Eso no era bueno, porque Dahlia tendria que seguir viajando por mas épocas hasta encontrarlo nuevamente y ni ella ni Jaka tenian suficiente energia para un esfuerzo mas.
—¿Te molestaría si platicamos un poco? Hay mucho que debo contarte y que quiero que comprendas. Yo sé lo que te ocurre— Dijo Dahlia.
—Pronto iniciara la ultima clase, Aria no tiene tiempo para usted, mejor váyase. Esto me suena muy sospechoso— London estaba reacio a dejar a Aria solo con una extraña.
La mujer observó a par de chicos que acompañaban a Aria, a simple vista uno de ellos era un chico comun, pero el otro tenia un aura especial y al parecer muy sensitivo a pesar de no darse cuenta.
—Esta bien, vamos. De todos modos, no me siento de humor para prestarle atencion a la clase— Aceptó Aria, dejandose llevar por una extraña sensacion de confianza hacia la mujer.
—Llámanos si nos necesitas, estaremos atentos— Le aseguró Xavi.
Aria movió la cabeza, agradeciendo la intencion de sus amigos.
.
Dahlia y Aria llegaron al jardin principal del campus que empezaba a vaciarse por las clases que se retomaban.
Dahlia no podia dejar de observar al chico, el parecido era enorme con el doncel que crió. La demora de su viaje ya habia causado efecto de un modo lamentable.
Ella ya sospechaba que algo asi podria ocurrirle al omega, era su destino ser desdichado y despues su alma continuaria vagando hasta encontrar otro cuerpo en el cual repetir la trágica historia.
—Estamos solos y sin interrupciones. Dígame qué es lo que busca de mi— Pidió saber Aria.
—Por como noto, estoy segura que ya has visto tu pasado y quien fuiste ¿verdad?
—¿De qué habla?
—Arin Gregos, Sten Fulker, tu familia y ciudad natal— A Dahlia no le hizo falta respuesta, los ojos del omega hablaban por sí solos.
—Los ví en mis sueños, incluso vi a Arin en una alucinacion y me habló— Reveló sintiendo confianza con la extraña a quien tambien vió en sueños.
—Ya veo, entonces lo sabes todo.
Aria movió la cabeza confirmando la supocision.
—Bueno, eso hace las cosas mas fáciles de explicar...
—Díme, tú sabes lo que me ocurre ¿Cierto?
Dahlia no tuvo de otra que confirmar aquello, moviendo la cabeza. El alma de Arin estaba maldita y no importaba a donde fuera ni a que cuerpo, siempre sufriría su maldición de una u otra forma. Ella se inclinó delante de Aria, tomó su mano y tras cerrar los ojos, pudo percibir el tipo de maldicion que cargaba.
—Esto es extraño. Tal parece que desde tu encuentro con Arin, absorviste su esencia que ahora está cambiando tu cuerpo por dentro, pero a la vez eso te mata lentamente.
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Destinado al Alfa
FantasyLibro II. Segunda parte de: EDUCANDO AL ALFA Aria Johans se ha enamorado a primera vista de Brent Sandini, un alfa de mal humor, grosero y engreído. Mientras la vida de Aria es un caos trabajando para Brent. En un mundo de sueños, es espectador de o...