Lans suspiraba una vez mas. A pesar de que los liberaron una vez se aclaró todo y no los echaron, aun asi, perdieron toda la credibilidad ante su clientela. Waterson le demostró de lo que era capaz por ambicion y por lo tanto, no se sentía seguro de lo que creía del resto.
—Deberíamos marcharnos de aquí— Soltó de repente.
Los otros seis que quedaban lo miraron, en sus rostros podía notarse la indecision, ya que no fue agradable saber cómo terminaron Waterson y los otros. Despedazados por haberse llevado a un omega que poco despues supieron que esperaba un hijo. Todo fue una locura, sobre todo por lo diferente de las normas allí, ya que el alfa de Arin no fue reprendido ni castigado, era su derecho cobrarse la frenta que le hicieron al llevarse a su pareja que estaba embarazado.
—No quisiera irme— Gerard opinó. —Nos hubiera ido mucho peor, pero gracias a Arin estamos libres y me gustaría compensarle quedandome aqui, para demostrales a todos que no todos somos malos.
—Opino lo mismo que Gallagan— Apoyó Anton. —Si nos marchamos, estaremos dando a entender lo peor.
—Ademas aquí no está tan mal. Donde vivíamos la gente no era mejor, aqui nadie nos ha insultado ni tirado cosas— Tambien comentó el menor de ellos.
Lans vió a Dinno, y si, le concedía algo de razon. Todos ellos eran vistos como insectos molestos que nadie quería cerca, por ser unos perdedores y mediocres... y ahora, al menos estaban progresando un poco.
—Hola. Quisiera dos helados en cono.
Una mujer que sostenía las manos de sus hijos, se acercó de repente.
—Ahora mismo— Gerard se apresuró a prepararlos mientras los demas lo veían.
—Quedémonos aqui, capitán— Le pidió Dinno casi en suplica.
—Es cierto, lo bueno de estar en lo mas bajo, es que no se puede caer mas y solo queda levantararse— Dijo Anton en su momento mas sabio que pocas veces sacaba a relucir.
—Tienen razon. Levantémonos de nuevo con la frente en alto— Lans lo intentaría una vez mas, junto a sus amigos.
⚔️🛡⚔️
Cuarto mes. Arin ya podia percibir mejor su vientre, aun no era muy notorio, pero si lo era cuando no llevaba ropa.
Era extraño, aun no sentía una conexion especial y solo veia un bultito, podia decirse que solo asimilaba su gesta con el hecho de tener sus antojos y estar algo sensible en ocasiones.
—Quiero tocino y ciruelas— Se quejó mientras se vestía.
Al oir la puerta, supo que Sten estaba de regreso con las compras. Al menos él no se negó a ir muy temprano a buscarlos.
Arin llegó a la cocina y vió a Sten preparando el tocino.
—¿Falta mucho?— Tenia hambre y no podia aguantar mas con el aroma en el aire.
—Ya lavé las ciruelas— Sten le acercó un platón lleno que Arin probó de inmediato. —¿Estas seguro que no te hará daño comer el tocino y la fruta a la vez?— Sten se preocupó de que Arin enfermara, ya que estaba al tanto que a su omega no le gustaba el tocino.
—Estaré bien, si supieras cómo se siente. Es como si tuviera un estómago sin fondo que no se llena con nada— Rió Arin.
Sten jamas lo entendería y solo le tocaba consentirlo, asi que cuando el tocino estuvo listo, lo dejó frente a su omega y él en tanto desayunó un poco de jugo sencillo y tostadas.
Mas tarde, juntos fueron de paseo por la manada, tenían ese dia libre y decidieron salir.
Arin inevitablemente quiso un helado, por lo que Sten tuvo que acompañarlo. El ambiente con los humanos era tenso, sobre todo porque él asesinó a tres de ellos en un momento en que su parte irracional lo poseyó por Arin, ahora al verlos, no sabía qué decir o hacer para que no le temieran.
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Destinado al Alfa
FantasyLibro II. Segunda parte de: EDUCANDO AL ALFA Aria Johans se ha enamorado a primera vista de Brent Sandini, un alfa de mal humor, grosero y engreído. Mientras la vida de Aria es un caos trabajando para Brent. En un mundo de sueños, es espectador de o...