Arin Nerina (Especial Extra)

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La manada de Folke, era de las pocas que gozaba con un poderío creciente y eso se lo debían al Alfa y al Omega de la manada.

Tras cumplir con una vieja promesa de dos Alfas de manadas vecinas, Soren y Fredrick se unieron como pareja. Ambos eran de los escasos que tras una boda arreglada donde solo se conocieron el día de la ceremonia, lograron enamorarse y ser un matrimonio estable.

Y nada fue sencillo desde el inicio. Eran tiempos de guerra y conflicto, por el dominio y el poder.

La manada Sullys era fuerte, pero no era una gran manada, lo que la hacía vulnerable al enemigo.

Folke era una manada antigua que sobrevivía con el pasar del tiempo, ellos tenían una buena cantidad de habitantes y un territorio amplio, pero su poder militar no era suficiente.

De este modo, los Alfas de ese entonces, crearon lazos amistosos para protegerse juntos, con el tiempo reforzaron esos lazos comprometiendo a sus hijos en un futuro matrimonio.

Soren no era el primogénito y ademas nació siendo omega, un eslavón débil que no le seria util a la manada. Eso dijeron los sacerdotes de Sullys, pero esos ancianos prejuiciosos se equivocaron completamente.

El pequeño creció bajo las faldas protectoras de su madre, que nunca le hizo menos y lo amó igual a su primogénito alfa. Con el amor de su madre y algunas muestras de aprecio de su padre, Soren creció pasando desapercibido.

Pero la vida da vueltas y sorprende de maneras inesperadas. El Alfa entrenaba a su hijo alfa en los jardines de su palacio, casi a diario él mismo se tomaba la tarea de prepararlo y hacerlo un alfa valiente y agerrido. Soren solo los miraba de lejos, viendo la expresion aburrida de su hermano que odiaba las clases de su padre. Mientras el Alfa le repetía una y otra vez las técnicas de combate, Soren sintió curiosidad por las dagas y espadas tirados en el suelo y mientras nadie le prestaba atencion, el pequeño omega de apenas cinco años levantó la espada y empezó a moverla, reconociendola y acostumbrandose a su peso, para él era un juego, pero para su padre fue un gran descubrimiento al ver a su cachorro omega sostener la espada casi con perfeccion.

El Alfa de Sullys tenía buen ojo para los soldados talentosos, pero Soren rompió con todo protocolo. Para empezar apenas era un cachorrito que conocía la vida, pero había nacido con un talento natural.

Los siguientes años, Soren superó a cualquier soldado alfa entrenado. Gracias a sus maestros y a su padre, se pulió en todas las áreas. Luchando cuerpo a cuerpo no había quien lo superara, era veloz, ágil y sabía anticiparse a los movientos del rival. En cuanto al uso de armas y espada, era aun mas peligroso. El Alfa solo tenia como único propósito de vida dedicarse a Soren, incluso su hijo primogénito se sintió aliviado de no tener la presion de ser el sucesor de su padre, porque para toda la manada era obvio que Soren sería el próximo lider.

A Soren le gustaba aprender a batallar y ser un guerrero fuerte, nadie le obligó y quizá por ello se había convertido en lo que era, pero tambien era un doncel, por la naturaleza que le dió ese ser. Soren podia ser un guerrero fuerte cuando usaba las armaduras o trajes de entrenamiento, pero cuando se quitaba aquello, tambien podia ser un doncel tranquilo y amable. Soren no se privó de tambien pasar tiempo de calidad con su madre, ella tenia un modo contrario de enseñarle las cosas, la mision de la omega era instruirlo en las actividades propias de un omega, se esmeró en enseñarle las habilidades hogareñas que todo omega debe saber y por fortuna su hijo era buen estudiante, pues aprendió bastante bien de cocina, costura, modales, etiqueta y danza.

Cuando Soren estuvo en la edad adecuada para tomar las riendas de su vida, reapareció esa vieja promesa que hizo su padre con el Alfa de Folke.

Soren no estaba interesado en el matrimonio, de hecho, a su edad ya había salido a combatir al campo de batalla al lado de su padre, en su manada no le faltaban pretendientes y tampoco le sería complicado elegir a uno que cumpliera con sus altas espectativas. Pero no, el Alfa de Folke insitió en cumplir la vieja promesa al asegurar que su hijo primogénito era el alfa indicado para el doncel.

Destinado al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora