𝑪𝒖𝒍𝒕𝒊𝒗𝒂𝒓 𝒖𝒏 𝒋𝒂𝒓𝒅𝒊́𝒏

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Algunos relámpagos iluminaban el cielo nocturno, la lluvia azotaba la ciudad mientras había quedado atrapado en el centro comercial junto a su esposo. Habían quedado en comprar los insumos para su hogar y sin querer pasaron más tiempo del debido.

Sonic esperaba pacientemente sentado sobre una banca de madera mientras relajaba la tensión muscular haciendo un poco de meditación, algo que adoraba de ese centro comercial es que poseía un área natural exclusiva para aliviar las tensiones de los trabajadores.

Mientras viajaba a través de sus pensamientos siente una ligera presión sobre su frente y le hace abrir los ojos.

—Infinite —susurra con una sonrisa al ver a su esposo que le mira muy divertido.

—Lamento interrumpir tu sesión, pero el chocolate caliente se va a enfriar —le dice ayudándolo a levantarse.

Sonic acepta su ayuda y camina con él hasta una mesa para sentarse y observar el lugar.

—Me gusta, siempre que venimos aprovecho un momento para entrar en contacto con la naturaleza —dice Sonic estirándose sobre la silla y preparándose para tomar su bebida.

—Cuando era pequeño solía ir con mi madre a un santuario con un enorme jardín oriental —le dice el chacal con una sonrisa triste— venir aquí me trae buenos recuerdos.

Sonic le mira con un poco de nostalgia, sujeta la mano de su esposo y la besa.

—No me gusta verte triste —le susurra.

—Lo siento. Solo espero que esta lluvia acabe rápido, ya quiero descansar y dormir contigo —le cambia de tema.

—Pronto lo haremos —le responde Sonic bebiendo un poco.

Infinite suelta un suspiro y retoma la charla.

—¿Qué libros llevaste? —le cuestiona viendo que su amado esposo tiene una extraña obsesión con los libros.

Sonic me mira tenso.

—U-Una trilogía —le contesta un poco nervioso y tratando de no ponerle énfasis el tema.

—¿Y el cuarto de qué es? —le dice recordando que pago cuatro libros.

Sonic desvía la mirada.

—N-No lo recuerdo, creo que me gustó por la portada —se ríe nerviosamente.

—No dormirás hasta tarde —le pide besando su mano.

Sonic se encoge de hombros. De igual manera no le hará caso.

[…]

Algunos días habían pasado y Sonic comenzó a tener algunos comportamientos extraños. Infinite descubrió que se quedaba hasta tarde por leer sus libros y aunque le pidió que descansara, el erizo se negaba.

Poco después comenzó a percibir aromas muy extraños que nunca entendió que eran. Y cuando cuestionó a Sonic, este solo le contesto que se trataba de sus pinturas de óleo y demás cosas artísticas que usaba.

Infinite por un momento le creyó, pero no fue hasta que en una madrugada Sonic accidentalmente dejo al descubierto sus libros. Había uno que no encajaba con el resto y le causó cierta curiosidad.

"Un plano verde para germinar, el arte de amar".

Infinite no comprendió el título y su portada mostraba muchos árboles y demás flores de muchos colores. Dejó de lado el tema del libro y simplemente se enfocó en dejar a Sonic con lo suyo.

[…]

—Sonic —le llama cuando llega a su hogar.

Era sábado por la tarde y su trabajo le quito más tiempo del necesario, volvió un poco más tarde que de costumbre. Buscó por toda la casa a su amado y no lo encontró, pero se dirigió a la parte trasera de su casa.

Un espacio apartado de toda tecnología, área verde que aún no mostraba muchas plantas, pero el chacal se detuvo cuando logro ver a quién buscaba.

Su amado esposo se encontraba leyendo algo mientras portaba un sombrero de paja y guantes, entre sus manos se encontraba una maceta con algunas flores. Le pareció tan curioso, muy pocas veces iba a ese espacio y sin querer se percató que algo había cambiado. Algunas pequeñas plantas comenzaban a crecer en el lugar, algunos brotes de árboles estaban sembrados.

—¿Sonic? —le llama acercándose. Su visita provoca que Sonic accidentalmente tire la maceta y esta se rompa—. Amor espera, yo te ayudo —se ofrece bajando.

—¿I-Infinite pensé que vendrías hasta la noche? —le cuestiona Sonic muy alarmado.

—Si, pero hice todo rápido y volví —le contesta sin entender que sucede—. ¿Por qué estás tan tenso?

—Yo... se suponía que no debías ver esto... —dice Sonic con pena.

Infinite alza una ceja sin entender, su vista se dirige al libre que lee Sonic y nota que es el mismo que vio en las noches pasadas. Luego eleva la mirada y se fija en su alrededor, había plantas, flores y demás plantas.

—¿Sonic qué estás haciendo? ¿Por qué tienes todas estas plantas aquí? —le pregunta con calma.

—Primero quiero que sepas que en ningún momento he hecho nada malo. Solo quería hacerte este pequeño jardín para que pudieras venir a relajarte... así como lo hiciste con tu mamá cuando eras pequeño —le cuenta al verse descubierto.

Infinite le ve con sorpresa.

—¿Sonic?

—Me has contado lo mucho que te recuerda a tu madre y solo quise hacerte un jardín con todas tus flores favoritas. Claro que está pequeño, me costó mucho entender el idioma de la tierra y las plantas, eche a perder muchos ejemplares y justo cuando al fin entendí el concepto apareces y... no pude terminar ni la mitad de mi sorpresa —finaliza muy triste.

Infinite le ve con tristeza, su Sonic siempre trataba de hacerlo sentir bien. Con sus manos recoge la maceta rota y pone la planta en otro recipiente. Luego con su mano toma el mentón de Sonic y le hace verlo directamente a los ojos.

—Aprecio tus detalles y me siento especial cuando los haces pensando en mi bienestar —le susurra besándole en los labios.

Sonic se sonrojó tanto que usa su sombrero para taparse el rostro.

—Déjame ayudarte —se ofrece voluntariamente.

—Pero es un detalle para ti...

—Cuando crezca será nuestro lugar especial; tú, yo y este sitio sabrán que nos hace bien —finaliza recostándose sobre el hombro de él.

Sonic se ríe levemente y se apoya sobre la cabeza del chacal.

Él lo ama con locura.

Flufftober: Infinonic 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora