𝑩𝒆𝒔𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒐

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Los nervios en su cuerpo le estaban destruyendo, apenas podía comer y que su estómago sostuviera el alimento sin querer regresarlo. Habían pasado unas horas desde que despertó, le llevaron un té y galletas, pero Sonic no podía evitar sentirse estresado y ansioso.

Sonic se miraba al espejo y aún no lo creía. Solo había pasado un año desde que se comprometió con Infinite. Por un momento disoció entre la realidad y su mente. El día de su boda estaba ocurriendo y apenas lo digería con facilidad; algunos inciensos olían en la habitación y unos adornos de flores, Infinite le dijo que se casarían en casa de su familia.

Viajarán dos días antes de la boda, ensayaron todo lo necesario e hicieron los ajustes necesarios para que todo fuera perfecto.

—Señor Sonic —escucha como le llaman desde la puerta.

—A-Adelante —contesta tratando de cepillar sus púas.

Algunos sirvientes entraron e hicieron una reverencia.

—Nuestro señor nos pidió que le ayudáramos en su preparación —le informan.

El erizo apenas y escuchaba, estaba tan nervioso.

—D-De acuerdo, pero necesito darme una ducha y después voy a prepararme —les dijo poniéndose de pie.

—La tina con agua tibia y jabones con olor esta lista, por favor no tarde, necesitamos arreglarlo para que luzca presentable —le dice una chica mientras toma algunas toallas y las deja en el sanitario.

Sonic se metió en la habitación, metió llave y dejó caer el peso de su cuerpo sobre sus rodillas. Debía calmarse y estar cuerdo, había logrado llegar hasta ese punto con Infinite.

—Vamos Sonic, está vez todo estará bien.

Tan solo hace cuatro años que había pasado la peor tragedia de su vida y en ese momento estaba a solo horas de cometer la decisión más importante de su vida. Soltó un pesado suspiro, se incorpora de ese lugar y empieza a quitarse la ropa.

Debía estar sereno, una ducha podría resolverlo. Se mete a la tina y busca el olor a flores orientales. Una pequeña sonrisa escapa de sus labios al recordar que Infinite adoraba ese aroma y cuando describió que lo usaba, hubiera querido grabar su reacción.

Si, la ducha arreglaría su desastre emocional.

[…]

Existe un día en el que todo ser vivo en la tierra se cuestiona hasta de su propia existencia, tal era el caso de cierto erizo que caminaba muy torpemente hasta un santuario. El gran día había llegado, al menos la primera ceremonia de las dos que le restaban llevar a cabo. Como supo por parte de su amado, ambos se casarían bajo las costumbres de la familia del chacal y por último se celebraría como lo habitual.

Sonic daba vueltas en círculo, nuevamente había optado por usar un elegante Montsuki en color blanco. Como parte de la tradición, debían usar esos trajes ceremoniales para llevar a cabo el compromiso. Dentro del hogar del chacal había un santuario en donde todos sus antepasados se casaron y ese día le tocaría a ellos hacerlo.

—¡Shonic! —le grita Mariam corriendo hasta donde se encuentra.

—¡Mariam, hola! —la saluda abrazándola.

—Se ve muy guapo señor Shonic —le dice ella entre risas—. ¡Mi tío también está muy guapo!

Sonic se sonrojó.

—G-Gracias, aunque estoy nervioso —confiesa con pánico.

—Lo harás muy bien, conozco a mi hermano y sé que está igual que tú —escucha que otra voz se une a ellos dos.

Flufftober: Infinonic 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora