Por primera vez en su larga estadía en la escuela Namimori encontró a la castaña perfectamente arreglada, su maquillaje no destacaba como antes y podría jurar que su falda estaba al nivel que siempre debió haber estado; su mirada la recorrió de pies a cabeza, notando sus zapatos brillando de lo limpios que estaban hasta su cabello arreglado. Le pareció extraño verla tan perfectamente arreglada, ni siquiera en las reuniones anuales con los padres se veía así.
Se giró hacia atrás con lentitud, observando momentáneamente a Tetsuya quien se limitó a encogerse de hombros en señal de que no tenía la menor idea de qué hacía Kyoko en la sala del comité, y su mirada nerviosa regresó a ella, enfocándose en esa sonrisa que era imposible de ocultar.
— ¿Qué haces aquí? Pensé que ya te habías ido —habló en voz baja, su curiosidad era grande pero también tenía miedo de descubrir la dolorosa verdad que ha estado intentando mantener oculta desde hace tiempo; al darse cuenta que había sido Kyoko quien planeó minuciosamente el infierno que le hizo pasar por una tonta noche de risas sus pensamientos sobre ella finalmente habían cambiado.
No era la linda chica popular que siempre pensó que era, logró quitarse la venda de los ojos y ver el monstruo que siempre había sido. Solamente era una persona que únicamente le importaba a ella misma, dándole igual el daño que dejaba a su paso; por un momento se sintió mal por haberse enamorado tan perdidamente de ella y haberla defendido de esa forma frente a Hibari. Maldición, se sentía como el ser más estúpido de todos.
—Ah, solo quería ver si Kyoya necesitaba algo —respondió en tono juguetón y con esos aires de superioridad que finalmente empezaban a molestar al contrario—. Está deprimido, ¿lo sabías? —Llevó la punta de uno de sus finos dedos a sus rosados labios y la sonrisa que decoraba su rostro se hizo más grande; ella estaba al tanto de los problemas que había entre ambos, lo supo desde el segundo día que aquel par había decidido separarse, y, por supuesto, debía aprovechar la debilidad del azabache para poder acercarse—. Él me ha dicho que soy su gran consuelo, así que vengo todos los días.
Esas palabras fueron como cuchillos atravesando el frágil corazón de Tsuna; sin embargo, en lugar de derrumbarse y quedarse vacío por dentro, su interior se prendió en llamas. Un fuego que inició desde el centro de su corazón, extendiéndose a una velocidad increíble por su cuerpo, y lo alentó a ser valiente; no podía permitir que una chica así de cruel se le acercara a Hibari. Apretó sus puños con fuerza, su ceño se frunció y de su mirada salían chispas.
—No te vuelvas a acercar a él —puntualizó sin vacilar, no era momento para pensar si lo que estaba diciendo era lo correcto o no.
— ¿Oh? ¿Qué pasa, Tsu-kun? —Ladeó ingenuamente la cabeza, cambiando su rostro sonriente por un puchero infantil pensando que aquello sería suficiente para no meterse en problemas con el contrario. Nunca había visto al castaño enojado, pero no creía que fuera un problema real—. ¿Prefieres que Kyoya esté deprimido? —Parpadeó un par de veces con lentitud, dando la apariencia de que estaba tratando de entender la situación, e hizo un pequeño suspiro, como si finalmente lo hubiera entendido—. Sé que lo que Kyoya te hizo en el baile estuvo mal, pero no pensé que serías una persona venga...
— ¡Cállate! —Elevó su voz más de lo esperado, ni siquiera titubeó cuando notó que un par de personas que iban pasando por el corredor se detuvieron para observarlo, su mirada se dirigió sin tardar a los ojos de la contraria, esta vez no se perdería en ellos como en varias ocasiones en el pasado, y la señaló con su dedo índice sin temor—. No digas el nombre de Kyoya como si fueran cercanos —dio un paso para acortar la distancia entre ambos— y deja de fingir que fue Hibari quien hizo algo tan horrible porque ya sé la verdad.
Hubo un breve momento de silencio donde Sasagawa no consiguió responder a tiempo, la actitud hostil que estaba tomando contra ella la tomó completamente desprevenida, y entendió que finalmente aquel joven ya no estaba enamorado de ella por lo que ya no podría manipularlo como siempre lo había hecho; debía de buscar una estrategia nueva, pero no tenía el tiempo suficiente para pensar en algo que pudiera serle de utilidad.
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Quiero bailar con alguien que me ame. [KHR]
FanfictionTsunayoshi ya iba en su segunda semana de encierro, su depresión era tanta que ni siquiera se permitía salir de su habitación o hablar con alguien de lo ocurrido; la preocupación de su madre y tutor fueron creciendo desde aquella noche donde suponía...