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Mukuro recorrió el lugar con la mirada, como si fuera a encontrarla de esa forma, hizo a un lado su computador para restarle importancia a lo que estaba haciendo antes de percatarse de la ausencia de Chrome  y justo cuando Kusakabe dio un paso para entrar a la sala no dudó en dirigirse hacia él. 

—Quizás solo fue al baño —comentó Hibari antes de que el de cabellos azules decidiera hacer algún ataque verbal a su subordinado. 

Ante la sugerencia hecha, pasó de largo al joven de peinado en forma de bota y se encaminó hacia los baños más cercanos; normalmente no se preocuparía de aquella manera, pero había una sensación de malestar recorriendo su interior y aquello le provocaba no poder quedarse quieto en espera a que su familiar decidiera aparecer. Y es que había muchas señales para sospechar de que algo malo estaba sucediendo, desde el momento en el que Tetsuya fue sacado de la sala del comité con una mentira grave hasta la desaparición misteriosa de Chrome. 

Se fue a la pared que estaba frente a los baños, esperando ansioso de que ella saliera por esa maldita puerta de madera; si fuera la escuela Kokuyo, no dudaría en entrar para verificar que estuviera ahí dándole igual que las demás lo tacharan como un maldito pervertido. 

Cinco minutos. 

Diez minutos.

Veinte minutos. 

Media hora.

Y nada. 

Dudaba mucho de que en realidad estuviera ahí. 

Se regresó a la sala del comité, esperanzado de que hubiese regresado, pero no había señales de ella. 

— ¿Y bien? —Hibari alzó su mirada al notarlo desde la puerta e hizo a un lado los papeles que tenía sobre el escritorio y había estado leyendo.

Prefirió no responder. No quería mostrarle su punto débil: su prima. 

Silenciosamente fue hasta donde estaba su computador y observó todos los videos que sus cámaras transmitían para él, buscándola en cada rincón que alcanzaba a ver a través de éstas; sin embargo, no obtenía los resultados que quería. 

— ¿Hm? 

Al parecer a Hibari no le gustaba ser ignorado, pero no quería desperdiciar tiempo hablando con él. 

Dio media vuelta, caminando por los corredores transitados de alumnos que iban de un lado a otro disfrutando del festival, salió del edificio para tomar algo de aire fresco y miró al cielo al sentir una gota sobre su mejilla. 

♡   ♪   ♡   ♪   ♡

Durante la explicación que ambos le estaban dando a Yamamoto por tercera vez consecutiva, notaron a Mochida bajar las escaleras junto a sus secuaces y en brazos tenían a alguien de la escuela Kokuyo, no había error ya que su uniforme era fácil de identificar; decidieron seguirlo con cuidado, procurando no ser descubiertos por nadie, pasando desapercibidos por entre la multitud de estudiantes que los ignoraban por estar ocupados en sus propios asuntos. 

Tsunayoshi creía que se trataba de esa chica llamada Chrome, no la conocía, pero su sexto sentido le decía que era ella por lo que no dudó en seguirles la pista, quizás de aquella manera podría ayudar a Hibari de alguna forma. Gokudera siguió al castaño, sabía que si iba solo podría empeorar el asunto y prefería estar presente para poder defenderlo en caso de que lo requiriera. Y Yamamoto, bueno, él simplemente no se quiso quedar solo en el corredor, aún dudaba de lo que estaba pasando exactamente, pero presentía que era algo importante. 

Al llegar al sótano, Kensuke ató los brazos y piernas a una silla de madera, asegurándose de que le fuera imposible escapar, retiró una bolsa de tela que había puesto en su cabeza para cubrirla y chasqueó la lengua al ver su rostro; no era fea, para nada, pero por los mensajes de Kyoko esperaba algo más. Quería reírse de que la castaña se sintiera inferior a ella, porque era imposible que así fuera. 

Quiero bailar con alguien que me ame. [KHR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora