Capítulo 1

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Un años después...

La Navidad había llegado a la ciudad de los Ángeles y todas las calles estaban decoradas con sus típicas luces temáticas. Tanto estructuras circulares como rectangulares estaban colgadas en los posters para alumbrar con sus alucinantes bombillas de colores. También estaba el gigantesco árbol de Navidad colocado en el centro de la plaza mayor, donde las personas paseaban agarrados de la mano. La nieve era la clave de esta época tan alegre.

Tan alegre...

Al parecer Madelaine Petsch no opinaba lo mismo, ya que desde que su hija desapareció en manos de personas desconocidas y extrañas, nada volvió a ser como antes para ella. Su otra mitad se había ido tan rápido como las hojas en otoño.

La pelirroja se encontraba entrando en comisaría. Llevaba puesto un jersey rojo para que pudiera abrigarle perfectamente del frío y unos pantalones de cuero, acompañados de unas lindas botas. En el brazo tenía colgado su gabardina beige y en el hombro su bolso negro.

La estancia se encontraba llena de personas trabajando y atendiendo a habitantes que había sufrido el robo de su cartera, por ejemplo. Una mujer policía se acercó a Madelaine para preguntarle a que se debe su visita para, luego, se dirigió a una habitación que estaba a su derecha y abrió la puerta, comunicándole a una persona que saliera.

―Señorita Petsch, ya hemos hablado de esto muchas veces ―habló el hombre nada más presentarse delante de Madelaine. Esta resopló y puso mala cara―. Estamos investigando el caso de su hija. Estamos barajando varias hipótesis, pero es bastante complicado.

Justo en ese mismo metro cuadrado se encontraba Vanessa Morgan, quien terminó de organizar unos papeles para centrarse en la conversación de la pelirroja con el policía. Colocó sus brazos alzados en la mesa y se apoyó en los puños a la vez que observaba la escena.

―Pobre mujer... ―opinó su compañera de cabello y ojos castaños, llamando la atención de la pelirrosa y acercándose a ella. Se cruzó de brazos para seguir espectando la conversación.

―¿Qué ha pasado? ―indagó la pelirrosa.

―Su hija desapareció hace un año y aún no ha aparecido ―le explicó y Vanessa miró con pena a la pelirroja―. Es más, la pobre ha perdido incluso la cabeza ―murmuró y la pelirrosa observó a su compañera con el ceño fruncido―. Ahora dice que su hija tiene poderes o algo así ―soltó una pequeña risita― Dice que ve el futuro y que por eso se la han llevado.

Vanessa se quedó callada ante tal noticia y dirigió sus pupilas nuevamente hacia la pelirroja, quien se marchó enfadada de la comisaria. Los policías no se creían la historia de Madelaine y, por tanto, no se animan a ayudarla. No todos los días alguien viene a tu trabajo a decirte que su hija a desaparecido y que supuestamente lo había predijo. Es más, la pelirroja no se acordaba ni siquiera de la matrícula de la furgoneta para dar más validez a su historia.

Entre chispas (Sadie Sink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora