Capítulo 13

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Ley abrió un ojo cuando un rayo de luz traspasó el cristal de la ventana, incluso la débil cortina, para proyectarse en la mitad de su cara. Suspiró y se puso boca arriba, aún adormilada. Tras unos segundos espabilándose, decidió levantarse e ir al servicio. Cruzó la puerta que daba al pasillo y empezó a escuchar unas suaves voces desorientadas que llamaron su atención. 

Giró su cabeza, topándose sus ojos con la puerta de la habitación de Sadie, y caminó lentamente hasta la trozo de madera. La puerta se encontraba entreabierta, dejando escuchar con perfección los murmullos de la pelirroja.

―No me mires así, mamá ―musitó Sadie con la voz rota y adormilada.

Ley frunció el ceño y le dio un suave empujón a la puerta para abrirla y poder ver qué estaba pasando, encontrándose a Millie en su cama durmiendo y a Sadie igual, aunque esta última parecía estar teniendo una pesadilla.

―Mamá... ―habló de nuevo Sadie en el sueño mientras que se retorcía en la cama―. Mamá, yo no quería hacerle daño...

Ley la miró con lástima y soltó un suspiro pesado. Para que ninguna de las chicas la viera ahí parada mirando a la pelirroja, decidió hacerse invisible. Se quedó un rato mirando a Sadie con tristeza. La castaña, por mucho que ella fuera rebelde y siempre la hiciera travesuras, no quería que la pelirroja sufriera. Es más, gracias a ella, Ley sobrevivió a la pelea y eso era algo que se lo tenía bien agradecido.

Los ojos de Sadie se abrieron de golpe, seguramente por el susto de la pesadilla, y su vista acabó en la puerta abierta, conectando con la mirada de Ley si no fuera porque esta era invisible. 

La pelirroja frunció el ceño y se colocó sobre sus codos, los cuales fueron posados en el colchón de la cama. Sus ojos vieron perfectamente la puerta de la habitación cerrándose con suavidad y una sonrisa se le dibujó en la cara. Al parecer la castaña mayor no era de corazón tan duro.
















—Buenos días —habló Sadie tras entrar en la cocina, donde se encontraba Vanessa haciendo zumo de naranja con un exprimidor, Madelaine haciéndose una tostada, Ley preparándose un café y Finn desayunando en la mesa

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—Buenos días —habló Sadie tras entrar en la cocina, donde se encontraba Vanessa haciendo zumo de naranja con un exprimidor, Madelaine haciéndose una tostada, Ley preparándose un café y Finn desayunando en la mesa. Todos ellos saludaron a la pelirroja menor de la misma forma—. Oye, ¿y Edgar? —inquirió y agarró una manzana del cuenco de las frutas—. No está en el sofá.

Entre chispas (Sadie Sink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora