Capítulo 9: Las formas de la traición

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(antes) 

Tierra de los Dothraki 

RHAENELLA METIO LAS MANOS EN LA PECHERA DE SU ARMADURA CON LA INTENCIÓN DE AFLOJARLA MIENTRAS CAMINABA SOBRE LA TIERRA ARIDA DE AQUEL LUGAR

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RHAENELLA METIO LAS MANOS EN LA PECHERA DE SU ARMADURA CON LA INTENCIÓN DE AFLOJARLA MIENTRAS CAMINABA SOBRE LA TIERRA ARIDA DE AQUEL LUGAR. Oyó el gruñido de sus dragones a medida que se alejaba en dirección a la tienda de telas negras sobre la que ondeaba la bandera roja con el emblema negro del dragón de tres cabezas. Un pequeño séquito de sus hombres se había instalado justo en la entrada a las tierras de los Dothraki para esperar a que el trato que se llevaría a cabo fuera beneficioso hacia ambas partes. Cuando atravesó las "puertas" de su tienda, dio rostro a Legolas, el cual, se giro al oírla llegar.

──¿Aún no han preparado mí baño?

──El agua está helada con lo que tardaste...── la confusión haciéndose presente en la expresión del mayor. ──¿Porqué llegas así de Pentos? ¿Que sucedió? ── indagó mientras le seguía por la estancia. Rhaenella comenzó a sacarse la pesada armadura sintiendo el cuerpo caliente por el sudor y las manchas de sangre. ──Se suponía que estarías aquí hace dos días. ¿Sabes todo lo que tuve que inventar para que los Dothraki no tomarán esto como una deslealtad?

La joven reina tomo asiento y sirvió una copa de vino antes de comenzar a beber con desesperación. Su mano supo gracias a eso que había algo mal. Rhaenella jamás bebía, ni una sola gota.

──No vengo de Pentos. Regreso de Yi Ti. ── respondió finalmente la mujer.

Su mano frunció las cejas ──El consejo deliberante estaba allí con las negociaciones. ¿Porqué tu presencia de la nada?

Los ojos violetas de la joven elevándose hacia su mano cargados de algo que Legolas comprendió cómo desesperación y locura. Aquello le llevo a tensar su cuerpo; su reina no perdía el juicio. Jamás había visto ese brillo extraño en su mirada.

──Yi Ti entro en combate──fue todo lo que respondió antes de incorporarse en su lugar. Legolas le sostuvo cuando se tambaleó y noto la mancha de sangre en la parte derecha de su abdomen. Aquello le saco de sus cabales asustandolo de sobremanera.

──¿Que carajos te paso ahí?── indagó antes de aclarar la garganta ──¡Guardias! ── llamo cuando varios hombres ingresaron  ──¡Las curanderas, ahora!

No tardó mucho en ayudar a su reina a llegar a la cama y le recostó allí notando el sudor en su frente y la expresión de cansancio. Luego de unas largos minutos que se convirtieron en una hora, la herida había sido atendida; no era más que un corte superficial pero todo podía complicarse si aquello se infectaba, así que lo mejor era mantenerlo limpio y bajo la supervisión de un maestre. La mano de la reina se movió en su dirección cuando está se quejo mientras intentaba sentarse. ──No puedo seguir acostada. ── expreso ella al notar la forma en la que el le miro.

STORM OF DRAGONS |  house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora