Capítulo 12: Las viejas costumbres

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(ahora)

Fortaleza Roja. 

 

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RHAENELLA RELUCIA EN AQUEL VESTIDO DE UN ESTILO QUE DEMOSTRABA, PROVENIA DE ESSOS. De color negro, la parte de arriba se afianza en un escote que simulaba las escamas de un dragón, y partir de la cintura caía en un hermoso vuelo de varias telas negras aireadas. La capa negra que Lady Fray le ayudo a ponerse se sostenía a sus hombros con unos apliques plateados simulando también escamas. Cuando Legolas ingreso en la habitación, la joven reina estaba enganchando su insignia de Protectora del Reino en la parte superior izquierda de su atuendo. ──Mirate, hasta pareces una mujer.

Rhaenella sonrió y miro a su mano a través del espejo. ── Mírate, hasta te has olvidado que soy tu reina, bastardo ──bromeó. Ambos rieron. Termino por girarse para mirarle a la cara. ──¿Cómo luzco? ── indagó elevando ambos brazos.

Él movió la cabeza y tomo asiento en la cama de la reina antes de elevar los hombros en un gesto despreocupado ──Bien.

Rhaenella frunció el ceño ──¿Bien?── pregunto ──Estoy hermosa.

──Si te consideras así, ¿para que preguntas?

──Porque quiero asegurarlo. Tengo que lucir más que bien está noche.

──¿Ansiosa por ver a tu prometido?

La reina bufo. ──Ni me lo recuerdes.

──Al menos el encuentro con el rey fue un ganar-ganar ── el expreso.

──No lo pensaría así ── se quejo ──Pero sí. Al menos portó la insignia, eso es importante. ──lanzo una mirada hacia su mano mientras terminaba de arreglar la joyería plateada de sus manos. ──¿Cómo se tomó esa noticia en los alrededores?

──¿Con alrededores te refieres a los Hightower?── pregunto el hombre. Rhaenella se abstuvo rodar los ojos pero asintió. ──Otto Hightower busco sacar escombros desde hasta abajo de las piedras para evitar que obtuvieras la insignia. Lo más leve que dijo es que eres una forastera y que además eres emperatriz, por lo tanto, no puedes asumir ese cargo. Además insistió en el porque de esa decisión, según él no hay peligro alguno sobre el reino que requiera tales actitudes.

──¿Y padre?

──Aseguro que eres la mejor para tal posición y le pidió que se retirará de la habitación.

──¿Y a ti?

Legolas se incorporó para terminar sonriendo e inflar un poco el pecho con orgullo ──Quiso hablar conmigo mientras la chamana que le enviaste le atendía.

──Quiso investigarte. ── atacó la menor ──¿Cuántas preguntas te hizo sobre mí?

──Algunas...── murmuró ── estaba más interesado en saber cómo iban las cosas en Essos en terminos de gobierno. En cómo te había ido a ti con la presión del poder y todo eso ──el hombre chasqueo la lengua ──¿No vas a preguntar si la chamana tuvo éxito alguno?

STORM OF DRAGONS |  house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora