Capitulo 11: Draig ddu

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(antes) 

Tierra de los Dothraki 

RHAENELLA MANTENÍA LOS OJOS CERRADOS mientras las manos de Lady Fray se movían entre las hebras de su cabello des-haciendo nudos

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RHAENELLA MANTENÍA LOS OJOS CERRADOS mientras las manos de Lady Fray se movían entre las hebras de su cabello des-haciendo nudos. Agradeció que la tienda no tuviera ningún espejo para reflejarse a si misma cuando abriera los ojos. Últimamente no podía soportar su imagen. ──Mi señora...── la voz de la joven perdiéndose como un eco en el silencio dentro del recinto, sin embargo, se podía oír el ajetreo fuera propio de una fiesta anterior a un suceso histórico para los Dothraki y su Khal. ──¿Se siente bien?

──No ── se limito a responder la de cabello blanco. ──¿Que has oído?── indagó luego de algunos minutos en silencio. Lady Fray era una de sus más sirvientes más cercanas, leal y sobretodo buena para ser sus oídos cuando ella no podía estar atenta a todo. Nella sintió como comenzaba a trenzar ligeramente una de las partes superiores de su cabeza.

──Su mano cumple con su promesa. ── aquello de alguna manera alivio el pecho de la joven regente. Sabía que Legolas era el hombre en quien más podía confiar, y sabía que sus opiniones sobre el Comandante Lars no estaban erradas pero oírlo de otra voz que no fuera la creada por sus propios pensamientos le hacía sentir bien. Era una forma de afianzar algo que ya sabía desde hace mucho.  ──Esta en el consejo Dothraki discutiendo los últimos detalles del tratado que será firmado por usted aunque...

Rhaenella abrió los ojos y frunció el ceño ──¿Qué sucede?

──He oído entre los Dothraki que quizás el Khal proponga otra cosa cuando la vea personalmente.

La regente evaluó las ofertas que un hombre como Khal Daoro podría tener. ──¿Casamiento?

──No. De hecho, se está hablando sobre una profecía, algo que está generando murmullos de boca en boca... sobretodo en los jóvenes guerreros.

Rhaenella viró su cabeza levemente con interés. ──¿Profecía?

──Los Dothraki son una cultura antigua y pese a que dan su vida a sus caballos, sirven a dioses complejos. Según investigué, aún guardan algunas profecías escritas en placas de barro que se han petrificado; una de ellas profesa que en algún momento llegará una diosa a guiarlos en batalla...

La joven sonrió de lado y elevó una ceja ──¿Y Khal Daoro cree que soy yo?

──Al menos cree que puede ser digna de serlo. ── murmuró antes de explicar más sobre eso ──Logré que alguien me transmitiera lo que dice la profecía, y aunque la traducción es confusa, hay una serie de requisitos que parece cumplir. Se dice que llegará una enviada de los dioses, forastera que traerá consigo el ardor de la batalla pero además, la oportunidad de temporadas de abundancias y nuevos terrenos.

──Eso podría tratarse de cualquier forastero...

──Pero también profesa: aquel que doma los vientos y se regocija de las llamas del fuego será draig ddu del Khal y su pueblo. Disculpe el atrevimiento mí reina, pero no conozco nadie más que una Targaryen ajustándose a la profecía. Usted es la única que monta dragones que escupen fuego.

STORM OF DRAGONS |  house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora