11.- Los hermanos que ascendieron juntos
Las puertas del Gran Salón Marcial, el sitio donde se reunía el Tribunal Superior de la corte celestial, estaban abiertas de par en par recibiendo a los oficiales celestiales que habían sido llamados. Poco a poco, los dioses tomaron sus respectivos asientos y Xie Lian, desde el trono celestial, observó a su alrededor cuando el último de éstos entró, y frunció levemente el ceño.
—¿Son todos? —preguntó.
Las puertas estuvieron a punto de cerrarse cuando dos personas vestidas de blanco entraron. Los ojos de Xie Lian brillaron con alegría, pero mantuvo la compostura y dijo con propiedad:
—Señor del Agua, Señor del Viento, bienvenidos.
—Gracias, Su Alteza —dijeron Shi WuDu y Shi QingXuan al unísono.
Los ojos de Shi QingXuan se encontraron con la mirada de Xie Lian y sonrió, pero al igual que su amigo mantuvo la compostura, saludó con propiedad y siguió a su hermano hacia sus lugares. Habían pasado algunas cosas desde su destierro, como la ascensión de una señora del fuego y un nuevo señor del trueno. El nombre de la mujer era Hei Yuxin, y sonrió a Shi WuDu cuando se sentó a su lado; el nombre del hombre era Wen Xuanyi y asintió con la cabeza a manera de saludo cuando Shi QingXuan tomó asiento a su lado. YuShi Huang, la Señora de la Lluvia, también se encontraba allí en ese momento; lo que sorprendió a los hermanos ya que ella solía mantenerse al margen de los asuntos del cielo a menos que le competieran directamente. Ming Yi, señor de la tierra, se encontraba al lado de la diosa de la lluvia y no reaccionó a la presencia de los hermanos, mientras que Shi WuDu le dirigió una mirada de desdén y Shi QingXuan lo ignoró. La tensión entre estos tres se debía a que Ming Yi había expuesto el caso de intercambio de destinos, lo que había desembocado en el destierro de los hermanos Shi. Para QingXuan aquello no significaba nada importante, pero para WuDu quería decir que su hermano estaba en riesgo por lo que no podía evitar albergar cierto rencor hacia el dios.
Xie Lian juntó las manos, complacido, y su rostro sonriente se tornó serio mientras exponía la razón por la que había convocado la reunión.
—Una gran cantidad de fantasmas ha escapado de sus respectivas prisiones y nuestro deber es encontrarlas —dijo—. Tengo suficientes pistas para creer que podrían refugiarse en tres sitios: el reino de Banyue, el monte TongLu y la Ciudad Fantasma.
—Pero el paso de Banyue ya no es transitado y en el monte TongLu ya no hay nada —dijo Pei Ming—. ¿Qué le hace pensar así a Su Alteza?
Xie Lian miró a Feng Xin, que explicó:
—Se ha registrado una gran cantidad de energía maligna en esos sitios. Es probable que ahora haya nuevos residentes allí y será cuestión de tiempo para que atraigan personas.
—Lo mejor será monitorear esas áreas constantemente —dijo Xie Lian, y añadió dirigiendo la mirada a los dioses elementales—. Es posible que haya espíritus viciosos usando sus elementos para intentar esconderse.
—Actuaremos en consecuencia, Su Alteza —le aseguró Wen Xuanyi.
—Cuento con ello. Pueden retirarse. Señor del Viento, ¿podría aguardar un momento?
—Por supuesto.
Shi WuDu dirigió una mirada de extrañeza a Shi QingXuan, que se encogió de hombros, y esperó a que todos los demás se retiraran; una vez a solas el dios del viento se acercó al emperador celestial y lo envolvió en un cálido abrazo que fue correspondido.
—Me da gusto verte aquí arriba —dijo Xie Lian.
—A mí también me da gusto —dijo Shi QingXuan—. Sobre todo porque creí que no iba a sobrevivir.
Recordar la calamidad celestial hizo que Shi QingXuan sintiera un escalofrío que reprimió casi de inmediato. En aquella ocasión realmente pensó que no lo lograría, pero al final lo hizo y recuperó su puesto como dios del viento mientras que su hermano mayor volvió a ser dios del agua . En cuanto a su hermano menor…
—¿MingJing se ha acostumbrado a la capital? —preguntó Xie Lian.
—Todavía no, pero aprende rápido —dijo Shi QingXuan con orgullo—. Estoy seguro de que lo hará en poco tiempo. Aunque…
Xie Lian lo miró con atención y Shi no se rascó la cabeza, diciendo:
—Desde hace un tiempo, MingJing se ha sentido un poco enfermo.
En realidad, se había sentido así desde el momento que llegó a la capital celestial como oficial adjunto del palacio del Agua, pero lo había sabido disimular bien, además de aliviar momentáneamente las preocupaciones de sus hermanos con una simple frase:
—Soy médico, sé cómo curarme a mí mismo.
Shi QingXuan había decidido confiar en su hermanito, pero Shi WuDu había decidido buscar ayuda con otro oficial médico. Xie Lian le dio una palmada de consuelo en el hombro y dijo:
—Puedo preguntar en Ciudad Fantasma. Es probable que San Lang sepa algo al respecto.
—Se lo agradecería mucho, Su Alteza —dijo Shi QingXuan con emoción.
—Ahora, ¿te gustaría tomar el té conmigo?
—Será un placer, como siempre.
Xie Lian y Shi QingXuan habían sido honestos con el mundo y nunca ocultaron su amistad, de tal suerte que caminaban juntos y bromeaban entre sí sin ningún reparo; por lo que para el dios elemental fue más sencillo ignorar a la gente de su alrededor cuchicheando entre sí… como lo habían hecho desde su ascensión. Shi QingXuan no olvidaría la forma en que los dioses lo miraron tanto a él como a su hermano cuando aparecieron juntos en la plaza central de la corte celestial: sus miradas eran de desprecio puro, juzgando si los cielos no se habían equivocado al dejarlos ascender juntos, preguntándose qué clase de trucos oscuros habría usado Shi WuDu para volver al cielo.
Sin embargo, y a pesar de todas sus especulaciones, la sorpresa fue patente ante todos cuando Shi WuDu se inclinó cortésmente ante Xie Lian y dijo:
—Ruego a Su Alteza que me deje volver por mi hermano menor. Será oficial de mi palacio a menos que él diga lo contrario.
—Adelante, vaya.
Poco tiempo después, Shi WuDu había regresado con Shi MingJing. Y ahora allí estaban los tres. Y, aunque los dioses no solían rezar, Shi QingXuan rezó porque nada volviera a separarlos de nuevo.
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Sí, bueno, me gustaría decir que la publicación hasta estás horas de la noche fue porque tuve mucho trabajo, pero la realidad es que procastiné leyendo los cómics de The Sandman aprovechando la ausencia de mi jefe, jajajajajajajajaja
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La profecía de los tres hermanos
FanfictionEn su primera vida, uno de ellos murió antes de que pudieran saber de su destino. En su segunda vida, estuvieron a punto de destruirlo todo. Ahora, en su tercera vida, los tres hermanos separados tienen la oportunidad de reunirse, pero cuando vuelv...