10.- La doble calamidad
Shi WuDu frunció el ceño tomando su espada, mientras que Shi QingXuan retrocedió junto con Shi MingJing presa del pánico.
—Eso es… ¿Un trueno de calamidad? —preguntó Shi MingJing.
Chu WanNing le había hablado de ello a sus discípulos: cuando una persona era digna de entrar a los cielos, éstos le enviaban una calamidad celestial. Si podía pasarla, era digno de ir al cielo y convertirse en una deidad, de lo contrario tendría que arreglárselas para no ser carbonizado.
—Está bien —dijo Shi QingXuan al notar el nerviosismo de su hermano—. Gege no va a morir.
Después de todo, era él quien estaba destinado a ascender, pensó con amargura. Era él quien debía probar la gloria del cielo luego de purgar sus pecados. Mientras estuvieran lejos, no habría problema. Shi WuDu dirigió una mirada a sus hermanos antes de enfrentar la calamidad con el arma en mano, alejándose para que los menores no se vieran involucrados en esto y estuvieran en peligro.
—Deberíamos ir a ver si la calamidad no afectó a las demás personas de la ciudad —dijo Shi MingJing.
—Sí, deberíamos…. —dijo Shi QingXuan, siendo interrumpido por un trueno, y palideció.
Esta era una calamidad doble. Debía ser un error, claramente. Él no debía ascender, no tendría porque enfrentarse a algo así, no debería…
—QingXuan-gege, está bien —dijo Shi MingJing.
—No, no está bien —dijo Shi QingXuan negando con la cabeza—. Yo no debería enfrentar una calamidad, no soy digno de ello. No soy digno de ser un dios.
Shi MingJing puso las manos en los hombros de Shi QingXuan, tanteando hasta llegar a sus mejillas.
—Mi maestro solía decir que el cielo no se equivoca —dijo—. Si te ha mandado una calamidad, es porque considera que mereces ser un dios. El cielo te cree digno, y yo también.
Shi MingJing abrazó a Shi QingXuan y después lo empujó suavemente hacia adelante, asintiendo para darle ánimos. Shi QingXuan suspiró hondo, tomó su espada y se unió a su hermano mayor para combatir la calamidad.
—No tengas miedo, QingXuan —dijo Shi WuDu al verlo—. Estaremos bien.
—Eso espero —dijo Shi QingXuan con una risa nerviosa.
En ese momento, otro par de truenos impactaron cerca de los hermanos. Conforme la tormenta de la calamidad se intensificaba, mayor era la cantidad de truenos que buscaban sus objetivos, y más difícil era enfrentarlos. A pesar de su ceguera, Shi MingJing trataba inútilmente de seguir el paso de sus hermanos, el cual se confundía con la tormenta. En última instancia, sin saber que más hacer, juntó las manos y rezó por primera vez.
Rezó a Shi WuDu, para que tuviera la fuerza suficiente y pudiera superar esta prueba.
Rezó a Shi QingXuan, para que conservara el aplomo y pudiera superar su propio miedo.
Y rezó a los cielos, para que no lo apartara de la familia que acababa de encontrar. Tal vez no la merecía, pero ahora que la tenía no iba a dejarla ir.
Entonces, con un último resplandor, la calamidad cesó, y un resplandor blanco rodeó por completo el lugar.
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La profecía de los tres hermanos
FanfictionEn su primera vida, uno de ellos murió antes de que pudieran saber de su destino. En su segunda vida, estuvieron a punto de destruirlo todo. Ahora, en su tercera vida, los tres hermanos separados tienen la oportunidad de reunirse, pero cuando vuelv...