Transmigré en el hijo omega del villano

Capítulo 37

Así es como Asier había logrado dormir cómodamente. Se sentía bien, arrullado con un fresco olor a jazmines que le hacía sentir relajado, Asier sólo quería mantenerse así todo el tiempo, sin embargo, eso no era lo que un padre con un bebé de unos meses de nacido pudiera hacer.

— ¡Wah! ¡Bua...!

Esos eran los llantos de Asher, quien comenzó a llorar porque tenía hambre y porque su papá estaba en medio, abrazado a su mamá como si fuera una almohada, lo cual impedía que su mamá le diera de comer. Eso enfadó a Asher, quería comer, pero su papá se lo impedía, además, olía a alcohol y eso era malo, su olfato ahora era más agudo y el olor a alcohol de su papá lo mareaba.

— ¡Bua...! ¡Bua...! ¡Wah...! —Lloraba con todas las emociones que sentía al ser un bebé y no poder comer.

Ante esto Lucas trató de empujar a Asier pese a que él era más grande y fuerte que él— Señor, Asher tiene hambre; suélteme, ¿Sí?

— ¡Mm! —Se quejó el alfa, quería seguir así.

Ante esta clara muestra de que no quería soltar a Lucas, el bebé derramó sus pequeñas lagrimitas de frustración mientras seguía gimoteando. Era su hora de comer, pero no lo respetaban. ‹Papá malo›.

Esto ponía en aprietos a Lucas, quien miraba impotente a su bebé llorar porque era hora de su toma nocturna.

— Señor, sólo un ratito. Asher tiene hambre.

— ¡Mmmm! —Rezongó, abrazándolo con más fuerza.

Así fue como el joven omega se hallaba entre un fuerte alfa, quien no lo soltaba, y un bebé que lloraba por su atención.

Y fue así como, en algún punto, los llantos de Asher se intensificaron tanto que sólo pudo sentir su pañal sucio.

— ¡¡Bua...!!

Esto era peor que sentir hambre.

Fue entonces que Lucas no pudo soportar por más tiempo el llanto de su bebé y se le ocurrió una nada ortodoxa forma de liberarse: morder el pecho de Asier, aunque este tenía puesta su blanca camisa.

— ¡...!

Ante esta repentina mordida Asier abrió los ojos, entre sorprendido y desorientado, soltándolo finalmente, cosa que Lucas no dudó en usar para escapar e ir por su bebé, quien al alcanzar notó que el pañal se había filtrado.

— Ensuciaste todo, Asher. —Dijo, notando que la ropita del bebé se había ensuciado.

— ¡¡Bua...!! —Chilló Asher mientras apretaba sus puñitos y tomaba aire, silenciándose por un momento, cosa que asustó a Lucas pues se estaba poniendo rojo.

— Ya, bebé. Te cambiaré el pañal.

Y entonces Asher soltó un fuerte llanto.

— ¡¡¡Waaaah!!! ¡¡Buaaaaaaa...!! —Ni siquiera recordaba haber llorado tan fuerte en mucho tiempo. ‹ ¡No es mi culpa! ›. Pensó, apretando sus puñitos mientras gimoteaba. ‹Se me van a irritar las pompis›. Sollozó mientras sus lágrimas seguían cayendo.

Todo era culpa de su papá, quien se encontraba sentado en la cama mientras los seguía con la mirada al baño.

Al llegar al baño Lucas lo dejó sobre una cómoda cambiador donde estaban las toallitas húmedas y los pañales de tela pues la piel de Asher resultó ser demasiado sensible para los pañales normales, o al menos para la mayoría de estos. Con cuidado, el omega le sacó el mono al bebé; se había hecho popo y al parecer su pañal se había filtrado porque le estaba quedando pequeño, parecía ser hora de cambiar de talla.