Capítulo 40

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Esa mañana, como todos los días, Asier se despertó temprano, muy temprano de hecho pues aún el sol no salía; mientras que los dos omegas que ahora ocupaban un lugar en su cama seguían profundamente dormidos. Asher había continuado despertándose por la noche para que lo cambiaran y para comer, nada complicado, aunque se negaba a tomar pecho.

‹Qué resentido›. Pensó Asier, acariciando el suave cabello de su bebé, y mientras lo hacía él miró a su omega y no pudo evitar recordar lo que hicieron— Mío. —Dijo en un susurro, dejando escapar una sonrisa.

Y una vez salió de la cama, el alfa hizo un muro entre Asher y el suelo y alejó la sábana de él; sólo para estar seguros, para luego dejar la cama e ir al baño, donde hizo su rutina diaria de limpieza. Terminada su rutina, fue al ropero y escogió uno de los muchos trajes que tenía y lo apartó; después de todo tenía que trabajar y verse pulcro como el gran CEO de DY que era.

‹Perfecto›. Pensó, haciéndose el nudo de la corbata.

Ya que era de madrugada, bajó sólo para ir a su segunda sala de estar a mirar las noticias matutinas, cosa que hacía todos los días desde antes de la llegada de su amado bebé y la de su omega, Lucas. Debido a que era seguro que se tardarían en despertar, pensó que no sería malo escaparse.

Sin embargo, una vez llegó a la sala miró hacia el sofá y bajó la mirada, sintiendo algo de vergüenza.

—...

Era una sensación extraña para Asier, normalmente no le sucedía.

— Lucas debe estar cansado. —Dijo para sí mismo. El sofá estaba limpio, como si nada hubiera pasado. ‹Le subiré el sueldo al personal›. Pensó, viendo que habían hecho un buen trabajo limpiando el tapiz.

Y tras tomar aquella generosa decisión, Asier se sentó sobre aquel sofá que ahora tenía un recuerdo especial y tomó el control remoto.

— Los indicadores de la luna de Moon son...

Pero mientras veía los indicadores económicos del país, Asier recordó que Elliot le había hecho una mala jugada ayer al enviarle un link de descarga con una película... porno.

— Ese sujeto...

Si bien había terminado en algo positivo, lo que hizo no le causó gracia. Todo pudo haber terminado mal.

— Va a ver. —Dijo con un aire de molestia.

Sin embargo, esa madrugada fue bastante tranquila hasta que tuvo de regresar, pues Lucas despertaría y necesitaría ayuda con el bebé. No podía ayudarlo todo el día, pero si al menos por la mañana podía hacerse cargo del bebé para que hiciera su rutina personal le parecía bien.

***

Esa mañana, Lucas despertó sólo para notar que Asher lo miraba con ese par de hermosos ojos verdes.

— Asher, ¿A dónde fue papá?

‹Lo mismo me pregunto›. Pensó, apretando el puñito— Bu...

— ¿No sabes?, papá se escapó. —Le sonrió a su bebé.

— ¡Ta, ta, ba!

— Sí, papá malo. —Jugó Lucas, pellizcando suavemente su mejilla. ‹Suavecito~›.

— Brrrr. —Hizo Asher, dejando escapar baba.

— ¡Aw~, eso fue lindo! —Cargó a su bebé y besó su mejilla, a lo que Asher trató de apartarlo con sus bracitos. Su mamá era muy meloso por las mañanas.

— ¡Baaa! —Hizo el bebé mientras pensaba. ‹Dame mi chupete›.

— Bebé, revisemos tu pañal. —Le sonrió, satisfecho con poder jugar con su bebé.

Transmigré en el hijo omega del villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora