— ¿Fiesta de compromiso...? —Repitió Lucas, atónito ante tal propuesta.
Pensó que sería una confesión, algo romántico, aunque... La pregunta era algo así como romántica...
— Sí. —Asintió el alfa, aún de rodillas.
— ¿...Es en serio?
— Sí.
— ¿Para cuándo? —Preguntó, tratando de mantenerse en calma.
Una fiesta de compromiso, claro, ya le había pedido matrimonio. Si buscaba el lado razonable, era lo natural: ya tenía un anillo de compromiso en la mano, algo privado, pero no tenía los pendientes, lo cual era una tradición de Moon: pendientes como señal de compromiso para los omegas.
Lucas estaba tratando de comprenderlo, no obstante, la respuesta que recibió fue una que lo dejó aún más aturdido.
— Dentro de dos días.
— ¿Pasado mañana...? —Preguntó, sintiendo su boca secarse. Aunque ahora mismo él estaba mirándolo desde arriba, se sentía completamente al revés, sentía que estaba siendo acorralado.
Cosa que Asier notó.
— Intenté decirlo, pero fui cobarde y no pude. —Dijo, tratando de suavizar la situación.
— Pero... Yo...
Acorralado.
Así se sentía Lucas, como si de pronto lo hubieran puesto contra la espada y la pared. De pronto, un vacío en la boca del estómago se hizo presente, un vacío que le dio ganas de vomitar de los nervios al punto que su boca se llenó de saliva.
—...—Tragó duro, intentando alejar esa ansiedad, sin éxito— Si acepto, mi papá... e Izan, sabrán donde estoy...—Bajó la mirada, sintiéndose aterrado ante la idea.
Su padre jamás perdonaría que se hubiera escapado de su deber como hijo y omega, e Izan... él seguro cumpliría su amenaza...
— Asier...—Lo llamó con la voz a punto de romperse— ¿Y si nos hacen algo a nosotros o al bebé...? —Preguntó, y su voz finalmente se rompió, dejando ver toda su vulnerabilidad en forma de un temblor que se apoderó de todo su cuerpo— Asier, tengo miedo...—Sollozó.
Ellos eran los causantes de sus pesadillas, aunque ya habían pasado varias semanas tenía miedo, tenía miedo de que esto fuera un sueño, que ellos lo encontraran. Ese sentimiento tan aterrador que le hizo huir...
—...
Pese a que debería estar feliz de que lo llamara por su nombre, Asier sintió un sabor amargo al verlo así. Era claro que estaba mal. Hace un momento estaba sonriendo y ahora estaba llorando...
— ¿No sabes con quién te vas a casar? —Preguntó en un tono firme, sabiendo que debía ser su apoyo ahora, por lo que dejó a un lado el ramo y el chocolate— Soy el alfa que puede protegerlos, el alfa que puede protegerte.
— ¡Pero...! —Sollozó con la voz entrecortada, llevándose las manos al rostro
— Soy Asier Dresde. Puedo protegerte, todos sabrán que eres mi prometido. —Se puso de pie para así tomarlo de los hombros, impidiendo que su cuerpo cayera al suelo.
— ¿Y si no puedes?, ¿Y si todo sale mal...? —Preguntó Lucas, lleno de pánico— Todo me sale mal... ¿Y si le lastiman? No quiero que los lastimen por mi culpa.
Entonces, un par de brazos fuertes lo rodearon, dándole la calidez y fuerza que tanto necesitaba ahora.
— Lucas, eres la madre de Asher. Todos sabrán que eres mío, mi omega y la madre de Asher. —Aseguró mientras lo abrazaba. Verlo así le dolía, un dolor en el pecho que nunca había experimentado— Nada es tu culpa...—Liberó sus feromonas de manera suave en un intento de tranquilizarlo, y tal parecía ser que funcionó, pues sus incesantes sollozos se detuvieron.
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Transmigré en el hijo omega del villano
Random‹Espera, yo soy ¿Su hijo? ¿Soy el hijo del villano?, ¿Cómo es esto posible? ›. Yo... simplemente morí y transmigré en el hijo del villano. Eh, espera ¡¿Y debo morir?! ¡¿Cómo se supone que haré para no morir?! Asher, un joven modelo que murió a manos...