Capítulo 52

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Lucas, quien estaba en su cama, envuelto en su nueva manta; estaba visiblemente preocupado y rezando a la diosa para que Asier volviera pronto con su bebé. No sólo le parecía injusto que no le llevará con él para ir a buscarlo, sino que no era correcto que se llevarán a su bebé sin su permiso o el de Asier, nada de esto estaba bien.

— Debe estar bien. Asher llora sin su osito. —Y, pensando en eso, volteó a ver al Señor Oso, quien estaba a su lado; portando en su cuello una cadenita con el chupete de su dueño. El peluche se había quedado aquí y era seguro Asher estaría llorando sin él.

Ante este pensamiento Lucas abrazó al Señor Oso, el cual estaba tan elegante como siempre.

‹Me duele todo›. Se lamentó en silencio, disfrutando la suavidad y el aroma del peluche, olía a su bebé. ‹ ¿Podré cargarlo? ›. Lo pensó un poco, pero era obvio que no podría, lo cual lo hizo sentir peor. ‹Los sirvientes deberían saber que no pueden llevarse a un bebé sin permiso de sus padres›. Debía admitir que se sentía enojado si lo pensaba de ese modo— Marta debe explicarlo. —Miró los ojitos de rubí del Señor Oso.

Este día había sido un día pesado, yendo de aquí y para allá entre hospitales, y lo peor era que se llevaron a su bebé. Se suponía que Dresde era un lugar seguro.

— Sólo quiero tenerlo a mi lado para poder dormir...—No podría dormir sin su hijo, estaba demasiado preocupado. No lo veía hace días y le preocupaba cómo lo había tratado su suegra, a quien no conocía; sólo quería tenerlo a su lado y asegurarse que estuviera bien. ‹Hoy dijeron que soy asmático y que estoy ciego. Sólo quiero a mi bebé...›. Gimoteó en la cama, lamentándose el tener que utilizar lentes. No era un omega sano como pensaba— Sólo quiero a mi bebé a mi lado...

Su instinto maternal le exigía a su bebé, a su Asher, quien quizás sería su único hijo. A diferencia de los dominantes, los omegas recesivos como él no tenían la dicha de tener muchos bebés.

— Injusto...

No obstante, mientras abrazaba al peluche de su bebé, pronto escuchó los llantos de este aproximándose hacia el cuarto. Al escucharlo, levantó la mirada con ansias y vio a Asier entrar al cuarto, aproximarse a la cama con Asher.

— Aquí. —Lucas sonrió, extendiendo sus brazos sólo para sentir el dolor muscular reprocharle sus acciones, pero eso no le importó al recibir finalmente a su hijo, sin notar que, en realidad, Asier no parecía de buen humor. De hecho, el alfa salió del cuarto sin mirarlo, cosa que sí notó.

— Saldré.

Esa fue la única explicación que le dio al omega, quien, sin tener tiempo de poder responder o preguntar, lo vio marcharse. Y aunque Lucas no entendía sus acciones ni la razón por la que se retiró tan pronto como llegó, no pudo pensarlo mucho pues tuvo que consolar a su bebé, quien seguía llorando.

‹ ¡Mamá! ›. Pensó Asher mientras lloraba con especial entusiasmo. ‹Te extrañé›. Frotó su mejilla en su pecho— ¡Buaaa!

— Sí, bebé. —Lucas abrió su camisa y lo pegó a su pecho.

— ¡Aba...! —El lugar donde lo llevaron era oscuro y daba miedo, de tan sólo pensar en eso el bebé lloró más. Tampoco entendía quién era Alfons ni porque su abuela, quien pensaba estaba loca, lo confundió con su papá y confundió a su papá con ese hombre. No entendía nada, pero sabía que él debió ser muy malo cómo para hacer llorar a alguien así— Baaa...—Gimoteó. ‹Papá no es así›.

— Sí. —Lucas logró hacer que tomara el pecho, el cual al final el bebé aceptó pues tenía hambre.

— Mm...—Comenzó a comer aun cuando quería seguir llorando, pero el estar comiendo le impedía hacerlo, como si fuera una especie de truco que ayudaba a la madre. No obstante, ese efecto no duró mucho pues, cuando terminó de comer, Asher, quien ya estaba más tranquilo; lloró porque quería a su osito.

Transmigré en el hijo omega del villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora