Veinticuatro

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—¡Javiera i love you!

—Cállate, mira, no soy segundo plato de nadie, así que es ella, o soy yo.

—Ya, si, mi segundo plato siempre me lo como con más ganas.

—No seas desubicado, te doy plazo hasta mañana—le tomé del cuello del polerón—u olvídate de mi.


Me fui, con mis amigas, nos fuimos a mirar los chicos a la escalera, hasta que llego un chico corriendo, que se cayó a los pies de Valeria.

—¡Ay!—grito ella.

—Auch—el chico levantó la cara, era un niño.

—¿Fernando?.

—Hola Valeria.—dijo tratando de levantarse.

—¿Estás bien?—Valeria lo ayudó a sacudirse.

—Creo.

Fernando era el chico que le gustaba a Valeria, desde hace un año, y ya eran "amigos", o conocidos.

—¿Vamos a ver a Flores?—dijo Nicole.

Nosotras asentimos, Flores, estaba en el segundo piso, subimos y empezamos a hacer caras raras por la ventana, hasta que la miss Tanieth, la de matemáticas, nos saco a gritos y Erna, la inspectora, nos llevó a dirección.


—¿Por qué tan desubicadas?, suspendidas un día.

—¡¿Qué?!—dijimos todas al unísono.

—¡Espere!, no puede, no puedo pasar un día sin ella—Alexander había entrado, y me tomó de la mano.—Compréndame, solo soy un joven enamorado.

—Usted también se va suspendido, por metiche.

Y todos nos fuimos decepcionados.

 —Lindo intento Romeo.

—¿Qué debo hacer para que me perdones?.

—Demostrarme que soy la única en tu vida.

—¿Seamos amigos?.

Yo solo asentí, y nos abrazamos, me quedé en su pecho, mientras sentía los latidos de su corazón.|



¿Te quedarías conmigo?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora