Treinta y cinco

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Llamé a Jose Ph, él era mi salvación.

—¡Necesitamos hablar!.

Luego de horas, él estuvo aquí.

Yo seguía llorando sobre su hombro, como lo hacía casi siempre, ya era habitual.

—¿Alexander otra vez?

Yo negué.

—Picante—susurré.

Le expliqué todo, y él me miró sorprendido, perplejo, mientras me abrazaba.

—¿Y qué quieres que haga yo?.—me dijo.

—¿Eres famoso no?, ayúdame a hacer algo, no puedo dejar que muera así—dije llorando.

—Hace tiempo me ofrecieron una oportunidad, pero ya no me gusta seguir grabando este tipo de películas, ¡soy un adolescente!.

—Vamos, ¡te lo ruego!, ¡eres mi salvación, su salvación!.

Él se quedó mirándo perplejo, a la nada, meditando.

—Si necesito salvar una vida, y eso te hará feliz, haré lo que pueda.

—¿Enserio?—mis ojos brillaron—¡te amo!—me lancé encima de él.


*******

—¿Javiera seguro que quieres ver esta película?—dijo mi tío Manolo, mientras metía el CD al DVD.

—Claro—dije nerviosa, es la película de Jose Ph, "las tres noches".

No podía seguir viendo esto, aunque lo seguiría haciendo de todas formas, ¿que quieren que diga?, esta película es más erótica de lo que yo creía; tampoco creía que vería a Jose Ph haciendo...ahg, mejor me callo.


¿Te quedarías conmigo?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora