Cuarenta y siete

32 8 0
                                    

POV Alexander


-Sube a la camioneta idiota-el señor Conrell me había pegado en la cabeza.


Últimamente ha sido así los últimos meses, solo me maltrata, me utiliza, con el fin de ganar dinero, yo lo hacía porque esto era mi sueño, pero no se había convertido en nada más que una tortura.


-¿Por qué me hacen esto?, era Javiera, ¡Javiera!, no saben cuanto he llorado por volverla a ver.-estallé en una mezcla de lagrimas y rabia.


-No queremos que por una chica se arruine todo, ya sabes, tu madre no te creería si le dijeras lo que hago contigo, recuerda que yo le doy el dinero, me ama a mi ahora, idiota-me dió un golpe bajo en el estómago.


Era infeliz, no era tan lindo como yo creía, esto era estar en el mismísimo infierno, tengo que hacer algo, quiero escapar.


-Renuncio-dije tartamudeando.


El señor Conrell y los hombres de negro estallaron en risas.


-No puedes renunciar pequeño, eres mi muñeco.

-Son un asco, entonces daré el peor show de mi vida.

-¿Acaso te gustaría la decepción de tus fans?, recuerda que podemos inventar cualquier cosa con tal de dejarte mal, te explotaré todo lo necesario querido.


Tomé un sorbo de mi café y se lo escupí en la cara, como lo aborrecía.


-¡Idiota!-gritó, y los hombres de negro me dieron una pequeña paliza.


****

Javiera


Vale más decir que he estado esperando de las 8:00 a.m. que llegamos al estadio, y ya son las 7:56 p.m, no ha sido fácil, hace demasiado frío, no he comido casi nada, y quiero hacer pipí.


-¿Estás bien?-pregunté a Jose Ph que yacía a mi lado casi muerto.

Él asintió, recostándose en el piso.


Las personas comenzaron a ingresar al estadio, intenté colarme por debajo de sus piernas, pero los guardias me descubrieron y me sacaron a patadas, he intentado de todo, entre los gritos de la gente, habían otras, que como yo, solo nos quedaba esperar a que pasara Alexander por aquí, aunque lo dudo.


-Se lo ruego, déjeme pasar, ¡lo amo!-grité a un guardia.

-Todos lo aman señorita.

-¡No!, pero, esto es diferente, necesito esto.

-Váyase o llamo a seguridad-dijo sacándo un aparato de su bolsillo.


Yo asentí cabizbaja y comencé a llorar en el sombrio pavimento.

-No llores-Jose Ph había revivido de su aburrimiento.

-Es inevitable, tal vez nunca más lo vuelva a ver.

-¿Quieres irte?

Yo negué.

¿Te quedarías conmigo?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora