Plans and wishes

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— No debes juntarte con tus sobrinos

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— No debes juntarte con tus sobrinos... ellos son una abominación que no debería de existir.

Aemond, a sus tiernos ocho años no entendía muy bien las palabras de su madre, sin embargo se esforzaba por cumplir lo esencial: mantenerse alejado de los hijos de su media hermana Rhaenyra.

Aunque actualmente, aquello se había vuelto un poco difícil de cumplir pues su padre había decidido que debían comenzar a pasar tiempo juntos por lo cual ahora se encontraba compartiendo entrenamiento con dos de sus sobrinos.

— Mi príncipe, no importa el método, solo tiene que derribar a su oponente.

El infante observó al caballero, debía de estar bromeando. ¿Poner a su hermano a pelear contra alguien que apenas puede sostener su propia espada?

De mala gana su hermano, Aegon, tomó su espada de madera y comenzó su combate contra su sobrino. Bastó solo unos instantes para que Jacaerys Velaryon se encontrará en el suelo totalmente desarmado.

— Acabe con él– le incitó Criston Cole.

— Es suficiente- dijo una voz gruesa, al mismo tiempo que el mayor de los Targaryen era alejado del niño en el suelo.

— Ser Harwin, no tiene permitido interrumpir el duelo y menos tocar al príncipe- hablo irritado el caballero de la reina.

— El principe Jacaerys ha perdido, no tiene caso continuar el combate...

— Es inusual su preocupación por el príncipe, comandante.- Comentó Criston con claras intenciones de molestar al otro hombre.— La mayoría de los hombres solo tendrían devoción por un hermano... o un hijo.

Aemond se alejó rápidamente del caballero esperando lo peor pues no por nada el Strong era apodado como "quebrantahuesos". Sin embargo, en lugar del puño del comandante de las capas doradas, fue una flecha la que voló a toda velocidad cerca del rostro de ser Cole.

— Lo siento mucho...- dijo una delicada voz femenina. Acto seguido una pequeña figura hizo acto de presencia.— Ser Criston, ¿se encuentra bien?

Aemond arrugó la boca, en una mueca, y chasqueó la lengua, la recién llegada le estaba prestando demasiada atención al caballero y eso molestaba.

No es como si le molestara que la joven Targaryen le prestase atención al caballero, pero, simplemente le parecía innecesario. Todos sabían cuan torpe era ella por lo cuál Aemond no veía que fuese necesario que ella se disculpase.

— Realmente no fue mi intención...- se excusó con torpeza.— Intentaba cazar algo para mí dragón.

— La princesa debería mantenerse alejada de las armas, si no quiere salir lastimada.- Comentó con frialdad el aludido.

El segundo hijo del rey sintió como su sangre comenzaba a hervir. Aerea se estaba tomando la molestia de darle algo de atención a un ser tan insignificante y ¿él se atrevía a tratarla de aquella manera?

Dragon bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora