The North

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La nieve blanca brillaba bajo un cielo azul, dificultando el vuelo, ya habían pasado varias horas volando en dirección a Invernalia; Caníbal parecía no afectarse por el frio, pero en cambio ser Arryk y la caravana bajo ellos temblaban sin control ...

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La nieve blanca brillaba bajo un cielo azul, dificultando el vuelo, ya habían pasado varias horas volando en dirección a Invernalia; Caníbal parecía no afectarse por el frio, pero en cambio ser Arryk y la caravana bajo ellos temblaban sin control mientras se frotaban los brazos para crear un poco de calor.

Mientras más se adentraban a la provincia norteña, los copos de nieve caen cada vez más rápido dejando fuera de la vista los objetos distantes. La nieve era como las flores, suave, delicada y con un aroma dulce. A su alrededor, abetos y pinos negros se sucedían sin interrupción. Bajo ellos no crecía ningún arbusto, y la nieve lo cubría todo. Saturaba cada ramita, cada brote invernal desnudo de hojas, cada tallo partido. El único sonido que rompía el silencio eran los cascos de los caballos hundiéndose en la nieve y el graznido ocasional de algún cuervo.

— Estamos por llegar, aguanten un poco, sé que eso dije hace una hora, pero creo que ahora si estamos cerca- indicó el caballero, lo suficientemente alto para que la princesa y la caravana lo escucharán.

Mirando a lo lejos podía divisar el castillo ancestral de la casa Stark. Todo él era de piedra. La torre central era de forma cuadrada y más alta que todo el resto del edificio, en lo más alto de ésta ondeaba una gran bandera blanca donde se podía ver un gran lobo huargo, el escudo de la casa.

«Ya estamos cerca. Será mejor ir sin prisa, pero sin pausa», pensó Arryk, no quería causar una mala impresión a lord Rickon Stark.

— ¡Me adelantaré!- gritó la princesa desde lo alto al mismo tiempo que el dragón estiraba sus alas al máximo, aumentó la velocidad dejando atrás a su guardia y al resto del sequito.

Tras unos minutos, la imponente bestia se encontraba sobrevolando el castillo. Las personas cerca se alejaron para permitir que el animal aterrizara en el patio del castillo. caníbal descendió deslizándose como una sombra hasta finalmente aterrizar con suavidad en la nieve.

Aerea desmontó del dragón gracias a la gigante garra de aquella bestia que la asistió hasta llegar al suelo. Los soldados, y ciudadanos que se encontraban cerca, la observaron descender de la magnífica bestia.

— Kirimvose syt bringing issa, ao kostagon rest sir (Gracias por traerme, ya puedes descansar.)- le susurró mientras acariciaba el lomo del animal.

— Princesa, bienvenida.- Saludó de manera cortés el lord de Invernalia, Rickon Stark. Era un hombre alto, grande y regordete, con barba y bigote, el cabello totalmente canoso.

— Le agradezco que nos permita alojarnos a pesar de que nos encontramos en invierno.

— La hemos estado esperando.- Dijo una amable mujer a quien Aerea reconoció como Gilliane Glover, la actual señora de Invernalia.

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