Trip and farewells.

3.8K 493 78
                                    

La espada de madera siseo frente a sus oponentes imaginarios, el infante se encontraba en el campo de entré desahogando su ira y frustración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La espada de madera siseo frente a sus oponentes imaginarios, el infante se encontraba en el campo de entré desahogando su ira y frustración. 

El muñeco de paja recibió toda su furia. 

Golpeó, apuñaló y gritó a su compañero de paja hasta que éste se hizo añicos después de un brutal golpe.

Respiro agitado y miro el roto hombre de paja.

No podía concentrarse en su entrenamiento.

Sus nudillos dolían. Su mejilla dolía. Su madre no había tenido reparo alguno en golpearlo después de enterarse de su disputa con su hermano Aegon.

— Por todos los dioses, ¿en qué estabas pensando cuando golpeaste a tu hermano?

— Él insultó a Aerea..- Intentó explicarse.

— ¿Estás poniendo a esa niña maldita sobre tus propios hermanos?

— Padre la ha escogido como mi prometida.

— Buscaré entre las doncellas de todas las casas del reino, romperemos este compromiso.

— Pero madre...

— Pero nada, será mejor que te olvides de ella.- Sentenció su madre antes de salir de la habitación.

Por un momento pensó que el entrenamiento la ayudaría a olvidarse de ella, pero no podía.

El rostro de Aerea seguía apareciendo en su mente.

Escucho aplausos detrás de él. Exaltado, se dio la vuelta. Aerea estaba de pie, unos cuantos pasos atrás de él, observándolo con una mirada tranquila, totalmente diferente a la forma en que lo miraba el día anterior.

Nunca esperó que ella lo buscase. Al menos no después de la forma en que se marchó del campo de entrenamiento.

Se veía asustada después de haber presenciado las heridas de Aegon, una parte de él estaba molestó consigo mismo por haberla asustado, pero, también sentía una extraña satisfacción al haberle causado aquella sensación.

— Los muñecos de paja no pueden defenderse...

— ¿Qué es lo que haces aquí?

— Vine a despedirme.

¿Despedirse? Eso no podía ser posible.

¿Acaso su madre había logrado convencer a su padre padre para romper el compromiso? De ser así, ahora recibiría una infinidad de burlas por parte de sus hermanos.

— Su majestad el rey, ha decidido que vaya a Marcaderiva como pupila de la tía Rhaenys.

Aemond se tranquilizó un poco al escuchar su respuesta, esto significaba que aún tenía tiempo para poder convencer a su madre de no cancelar el compromiso.

Dragon bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora