Una nueva infancia

Capitulo 22

El resto de la semana viviendo con mi hermana fue muy bonito, ella me trataba de una forma muy tierna y maternal, era muy diferente a mi mamá, mi Sis era más natural sentía que ella de verdad me veía como una niña pequeña y no como una niña grande que había sido derrumbada por el peso de la vida.
Me gustaba mucho la comida que mi Sis me preparaba, ya que en su mayoría era comida simple como nuggets o sopas instantáneas, ella de seguro las preparaba no solo por mi, sino que era más fácil de preparar y como ella trabajaba de seguro no siempre tenía tiempo de cocinar.

Las cosas fueron muy parecidas a las del lunes durante el martes y el miércoles, fue el jueves cuando las cosas cambiaron un poco.

En la guardería el trato eres cada vez más infantil, eso la verdad no me molestaba ya que me hacía sentir segura y pequeña, las maestras nos daban estrellitas por hacer nuestras tareas, por dormir la hora de la siesta, por avisar cuando necesitabamos un cambio o nos daban dos si en vez de avisar llorabamos, yo lo intentaba pero no podía, el llorar era demasiado para mí, a pesar de que yo observaba cómo mis amigos eventualmente lograban llorar para pedir un cambio yo no lo lograba, y eso me generaba mucha frustración, el jueves en el recreo le pregunté a mis amigos.

Oigan, yo quiero ser como ustedes, quiero poder llorar cuando necesito un cambio, pero no sé cómo hacerlo.
Dije mientras estábamos todos sentados juntos.

Quieres que la maestra te de dos estrellitas?
Pregunto Emi con cara de curiosidad.

No es solo eso, me agrada cuando me da estrellitas, pero quiero sentirme como una niña pequeña de verdad.
Respondí yo.

Oye, no te quiero ofender pero y si eso es por tu autismo?
Es que el otro día leí que las personas autistas por el enmascaramiento se les hace difícil mostrar sus sentimientos.
Dijo Rodri con una expresión medio sería y un poco rara.

La verdad,... no lo había visto de ese modo, supongo que lo que me pasó hace tiempo aún no ha sanado.
Dije yo recordando como fueron mis años de primaria y secundaria.

Estás bien?
Te ves triste?
Dijo Regi con una expresión de preocupación.

Si, estoy bien, solo que perdón, hablé de más.
Dije yo intentando sonreír, cosa en la que nunca he sido buena.

En ese momento me dedique a bloquear los recuerdos que trataban de regresar a mi en ese momento, no quería ponerme a llorar de la nada enfrente de mis amigos.

Después de eso Regi sugirió que jugaremos algo, yo estaba de acuerdo y los demás también, así que nos pusimos a jugar a "las traes", lo cual fue agotador, Regi y Emi corrían muy rápido y varias veces las niñeras nos dijeron que no fuéramos tan rápido.

En resto del día fue muy tranquilo, las siestas eran mucho mejores ahora, me sentía muy cómoda y a veces quería seguir durmiendo pero la maestra Paty nos decía que debíamos de despertar y que a parte se notaba que necesitamos un cambio. Al principio eso me hacía sentir un poco de vergüenza pero después ya no, lo sentía como algo tierno y algunas veces me reía de eso.

El jueves a la hora de la salida ocurrió otro cambio a mi rutina, el más grande del día, al momento en que me llamaron de la puerta porque ya habían llegado por mi salí pero no veía el auto de mi hermana que le habían prestado mis padres, eso me puso un poco nerviosa pero en eso note que la niñera me llevaba a un auto que era idéntico al de mi daddy, y resultó ser el auto de mi daddy, eso me tranquilizó pero no por mucho tiempo ya que me empecé a preocupar de que algo le hubiera pasado a mi hermana, en eso llegamos al auto y me subí a los asientos traseros, mientras la niñera hablaba con mi daddy.