Capitulo 29

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Después de una semana, no estoy segura, las cosas en la guardería eran mucho más alegres, ya casi lo único que habíamos era jugar o hacer alguna actividad divertida, a mi me encantaba eso, podía ser muy infantil y nadie me decía nada y tenía amigos con los que podía ser yo misma sin ningún temor, lo único que me daba un poco de miedo eran las inyecciones que a veces me daban pero que me decían eran para que fuera yo misma.

Lo único que yo extrañaba era pasar tiempo con mi hermana, ya que habían pasado muchos días desde la última vez que la ví, y yo quería volver a verla pero mis papis me decían que ella estaba ocupada y que tenía que esperar, eso no me gustaba, yo quería verla pero me decían que no había forma.

Yo intenté usar mi celular para mandarle un mensaje a mi hermana pero mis papis le habían puesto controles parentales y no podía enviar mensajes sin su permiso, por lo que solo me quedé jugando un juego de alinear bolitas de colores hasta que se bloqueó por tiempo, antes me hubiera molestado eso, pero ahora ya casi no usaba mi celular, solo jugaba o tomaba fotos con el, así que fui mejor con mis perritos a jugar un rato, era muy divertido estar con ellos, ellos no me juzgaban y siempre estaban felices al verme, después de un rato de jugar con ellos aventadoles una pelota me dió algo de sueño y me quedé dormida abrazándolos en un sillón.

Al día siguiente desperté y seguía en la sala, solo que ahora solo traía puesto mi pañal, y mis papis me habían puesto una mantita y una almohada, eso me hizo sentir bien, en ese momento ví que mi mami me estaba mirando desde el otro lado de la sala, ella me ayudó a levantarme y me llevo a mi cuarto, allí me llevo al cambiador y me puso un pañal limpio, luego me empezó a vestir, ya no me preguntaba que quería ella elegía toda mi ropa, eso me gustaba porque me hacía sentir muy pequeña, después de que mi mami termino de vestirme, con una playera de mangas largas de monster high y unos pantalones de mezclilla, me puso unos calcetines rosas y unos zapatos blancos.
La verdad es que ya ni a mí ni a ninguno de mis amigos nos importaba ya nuestra ropa, confiábamos en que nuestros papis sabían como vestirnos.

Después de eso el desayuno fue muy normal, aunque no era normal para los demás, ya que ahora mis papis me habían puesto en una dieta que en su mayoría era solo comida de bebé, al principio no me gustaba y hacía berrinche por eso pero ahora me gusta y solo a veces mis papis me dejan comer cosas de niña grande.

Después del desayuno mis papis me prepararon mis cosas para la guardería y mi mami me llevo en la camioneta, el viaje en la camioneta me gusta, porque ahora voy en el asiento trasero y mis papis pusieron una cortina en la ventana para que no me de el sol, eso me gusta porque antes me daba miedo que la gente me fuera a ver, mis papis también me dijeron que habían pedido una silla para el auto para mí, yo la verdad ya la quiero usar, me gusta sentirme bien sujetada y en algo cómodo.

Al llegar a la guardería mi mami se despidió y me dijo que volviera por mi en la tarde, yo me despidi de mi mami y una niñera me llevo a mi salón.

En el salón ya estaban mis amigos, después de que la niñera Sophie me quito los zapatos y mi mochila yo fui con ellos, a Regi y a Andy le gustaron mucho mis calcetines, la verdad a mi también me gustan mucho, se ven muy tiernos, después de eso empezamos a pensar en que haríamos hoy.

Yo quiero pintar algo.
Dijo Rodri.

Yo también pero si me mancho mi mami se va a enojar.
Dije yo.

A mí me gustaría salir a buscar flores.
Dijo Regi.

A mí también me gustaría eso.
Dijimos Andy y yo.

Pero las niñeras se molestan si maltratamos las plantas, no creo que nos dejen.
Dijo Emi.

En eso entro la maestra Anna, y después de saludarnos empezó a pasar a cada mesa y dejo una cajita en cada una.

Una nueva infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora