Capítulo 5.

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Esta vez, quien había pensado desquiciadamente en él, había sido ella. Como si se lo hubiera tragado la tierra, Johnny había "desaparecido". Al salir del baño, se puso una camiseta sin mangas, un short de jean y zapatillas. Quizás no era la forma en la que todos la veían siempre pero así se sentía cómoda.

-¡Mierda!- Exclamó cuando vio un gato parado en el medio del paso.  -Hola amiguito.- Dijo agachándose para acariciarlo, el animal ronroneó contra su mano y ella sonrió. Lo levantó en brazos y caminó hacia la cocina. -Espero no tengas dueño, porque aquí te vas a quedar.- Dijo acariciando la barbilla del animal.

La noche estaba estrellada y calurosa, Jessica estaba tomando un té helado mientras miraba una de sus películas favoritas y pensaba en Johnny. Donnie, su nueva mascota, se había acostado al lado de ella y ronroneaba mientras ella lo acariciaba.

Cuando la película terminó, se fue a dormir. Tenía mucho calor, así que decidió dormir en ropa interior. No dejó que Donnie se acostara con ella pero le armó una cama en una canasta, con algunos almohadones y el animal no dudó en acostarse ahí.

Aproximadamente a las tres de la mañana, volvió a sentir la misma caricia de la noche anterior pero, cuando despertó, Johnny estaba parado frente a ella.

-¿Cómo... Cómo entraste?- Preguntó en un susurro mientras lo veía sonreír. Intentó no pensar en que estaba en ropa interior pero moría de la vergüenza igual, así que se tapó con la sabana haciendo que la sonrisa de él se ensanchara.

-Eso no importa.- Se sentó en la cama, obligándola a incorporarse. Ambos hablaban bajo como si alguien los pudiera descubrir.

Antes de decidir repetir la acción de la noche anterior, él había tenido una mañana de "remodelación". Se había pasado el día sacando bolsas llenas de ropa y cosas que no necesitaría. Entre esas cosas, estaban algunas viejas pertenencias de ella que, durante tres años, no pudo tirar. Verla esa mañana y sentir que ella estaba en el mismo plan de coqueteo que él, lo enloqueció por completo, se metió dentro de su cabeza y eliminó los "mecanismos de defensa" que se había impuesto para no volver a eso.

-Johnny, debes irt...- Antes de que pudiera terminar, la besó. Su lengua se adentro en su boca y comenzó un sensual juego que, poco a poco, se iba subiendo de tono.

Quitó la sábana que la cubría y acarició su estómago con la yema de sus pulgares, logrando que la piel de ese lugar se erize. Bajó hasta su cuello, donde dejó unos desesperados, pero no muy fuertes, mordiscos.

Ella continuaba diciendo que no debían pero no sabía por qué y tampoco quería que se detuviera. Se hincó sobre sus rodillas y lo atrajo más hacia ella, mordiendo su labio inferior.

La habitación se llenó de gemidos, ropa tirada y la temperatura aumentó en cuanto se adentró en ella. Sus labios se unían constantemente en pequeños besos interrumpidos por gemidos. A Jessica no le cabía tanto placer en su cuerpo, arañó su espalda e hizo chupetones en su cuello.

Estaba poseída y él, fascinado. Jamás podría haber llegado a pensar que ella sería una bestia en la cama, y eso, lo enloquecía más que cualquier otra cosa.

Johnny creyó morir en cuanto ella lo montó a él. Los movimientos lo llevaban cada vez más alto y gemía más fuerte. Ambos llegaron al orgasmo disfrutando de los espasmos y los gemidos del otro.

-¿Johnny?- Dijo con la cabeza sobre su pecho.

-¿Sí?-

-¿Qué pasará ahora?- Levantó la cabeza, mirándola de frente.

-¿Qué te gustaría que pase?-

Unholy Confessions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora