Capítulo 16.

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*Cuatro meses después*

El invierno había llegado, las calles de Huntington Beach se habían teñido de blanco y sus habitantes, en su mayor parte, adornaban su cabeza con gorros de diferentes tamaños, colores y materiales; así como adornaban sus casas con la decoración navideña.

Ellos estaban en su casa; en el sofá, frente al calor de la chimenea, bebiendo chocolate caliente mientras Johnny le olía sus rizos dorados. Melanie, con la espalda apoyada en el amplio pecho de él, disfrutaba de sus respiraciones acompasadas y del tierno gesto que él siempre repetía.

-Amo el olor de tu cabello.- Suspiró rodeando gentilmente su cintura con una mano mientras, con la otra, sostenía su taza.

-Y yo te amo a tí.- La rubia giró su rostro para dar con el de él y lo besó dulcemente, gesto que el correspondió ferviente.

El beso se volvió lento, se volvió embriagante y erótico. Ella apoyó las tazas sobre la pequeña mesita de café, se sentó a horcajadas de sus piernas y volvió a besarlo, acariciándole su boca con la lengua. Él sabía cómo se volvía ella cuando estaba excitada, sin embargo, su mente traidora divagó hasta Jessica. Nunca había sentido tal placer en su vida como cuando estuvo con ella. Su piel suave y tersa olía a rosas, su boca tan roja e hinchada por los besos y mordiscos que él le daba. Ansiaba tenerla en sus brazos, la deseaba como jamás había deseado a nadie. Y es que Lacey había quedado temporalmente fuera de su mente.

-Jonathan.- La voz cortante de Melanie interrumpió su trance mental.

-¿Qué?-

-¡¿Qué fue lo que dijiste?!- Su murmullo pausado y su mirada oscura denotaban lo enojada que estaba.

-No dije nada, bebé.-

-¿Quién es Jessica?- Gritó. -¡Responde!-

****

-¡Soy yo!- Exclamó frente a la puerta de la casa de sus padres, vivía con Luke desde hacía ya dos meses y no lograba acostumbrarse.

-¡Tía Jess!- Gritaron Kevin y Nathan, sus sobrinos que tanto adoraba.

-¡Hola mis pequeños revoltosos!- Se agachó a la altura de los pequeños de tres y cinco años y ellos corrieron hacia ella, abrazándola con ese amor tan puro que la enamoraba por completo.

-¿Crees que Santa venga mañana?- Preguntó Nate con su voz de angelito.

-¿Se han portado bien?- Ambos asintieron efusivos. -Santa me dijo que no quieren comer su cena.- Ambos ahogaron una exclamación.

-¡¿Hablaste con Santa?!- Jessica asintió.

-Dijo que los niños que no cenan, no reciben nada.- Ambos salieron corriendo hasta la cocina.

-No sé cómo lo haces pero siempre terminan haciéndote caso.- Dijo su hermana bajando la escalera.

-No sé, siempre tuve esa conexión con ellos.-

-Te adoran, Jess, te idolatran.- Lindsay se acercó a ella y la abrazó. -¿Cómo va todo con Luke?-

-Jamás conocí a alguien con tanta paciencia.-

-Eso es bueno.-

-Sí, me asfixia un poco pero está bien.-

-Vamos arriba, papá está mirando fotografías viejas de cuando éramos pequeñas.- Asintió y ambas subieron.

Jamás había extrañado a Johnny como lo hacía en ese momento, quería besarlo y decirle que vuelva con ella, que nada había sido igual sin él, que había sido una estúpida al irse pero era imposible. Jamás se volverían a ver al menos que ella volviera a Huntington, cosa que no iba a pasar.

Unholy Confessions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora