Capítulo 22.

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La cena transcurrió tranquila, demasiado tranquila para su gusto. Melanie se comportaba como si nada hubiera ocurrido, como si todo estuviera bien pero él sabía muy bien que no era así. Ella era la persona más fría de todas cuando se enojaba, pero no iba a permitir que su familia se enterara de sus problemas, no. Esperaría a llegar al cuarto para recordarle lo enojada que estaba; le haría la ley del hielo y dormiría cada uno en su lado de la cama. Johnathan no se sorprendía, ya conocía cada uno de sus caprichos de adolescente pero comenzaban a molestarle.

Tal y como él había predicho, al llegar al cuarto lo ignoró olímpicamente. La observó mientras se ponía el camisón de raso que él le había regalado y, cuando estuvo acostada, habló.

-Eres infantil.- Esas dos palabras bastaron para que la tormenta se desatara.

-¡¿Yo soy infantil?!- Exclamó sentándose en la cama y mirándolo incrédula. -¿De veras crees que no tengo motivos para enojarme?- Él se limitó al silencio. -¡Gemiste su nombre, y ahora la ves y actúas como si nada hubiera ocurrido entre ustedes! ¡Seré más joven que tú pero no soy estúpida!- Tenía razón y odiaba admitirlo, pero era demasiado evidente que aún sentía algo por Jessica y tampoco se podía pasar por alto el detalle del gemido. Había sido traicionado por su propio subconsciente y no podía hacer nada por remediarlo.

-¿Realmente crees que siento algo por ella? Te dije que somos amigos, eso acabó hace tiempo. Ya no sé qué hacer para que me creas.- "En realidad, ya no sé qué hacer para convencerme de que es así." Pensó.

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Estaba agotada, se le había pasado la noche mentalizándose de que verlo no le había afectado. Ella era feliz con Luke; bueno, la mayor parte del tiempo lo era; y así es como debía ser. Eran las nueve de la mañana y seguía sin poder dormir; hacía frío, pero no sentía deseos de abrazar a su novio como siempre lo hacía. Sentía culpa, y no era nada menos que por pensar en Johnathan Seward mientras Luke dormía a su lado.

Se levantó sin ganas y se encerró en el baño. El dolor de cabeza se hizo presente por la falta de sueño pero no le hizo caso, necesitaba pensar; o mejor dicho, flagelarse mentalmente un poco más. Cuando se marchó de Huntington Beach, jamás llegó a imaginar que volvería a verlo y que sus sentimientos por él saldrían a flote como si nada. Jamás imaginó que él confiara en alguien nuevamente. ¿Sabría la muñeca de porcelana acerca del pasado oscuro de él? Lo dudaba. Johnathan no confiaba en la gente y mucho menos cuando se trataba de su pasado.

Finalmente, decidió dejar de pensar en imposibles. Johnny era feliz con su novia de porcelana y ella... Bueno, se podía decir que ella lo era con Luke. Pero lo que Jessica no sabía era que la relación que ella creía perfecta, estaba colgando de un hilo muy fino.

Unholy Confessions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora