-Eh... No debemos precipitarnos.-
-¡No me tomes por estúpida, Jonathan!- Gritó haciendo que las personas cercanas a ellos se dieran la vuelta y los miraran. -¡¿Saliste con ella?!-
-¡De acuerdo! ¡Sí lo hice! ¡Salí con ella!-
-Lo sabía.- Gruñó achinando sus ojos.
-Mel, no exageres, estoy contigo.- Sonaba cansado... Y lo estaba; cada célula de su cuerpo gritaba Jessica Langdon. Lo único que quería era hablar con ella y pedirle perdón por haber sido tan idiota. -Mira, eso pasó hace tiempo. Luego quedamos como amigos pero nos distanciamos; ella se mudó y unos meses después conocí a la niña más hermosa de todas.- Dijo sonriendo de lado.
-No trates de convencerme, Seward.- Dijo ella cruzándose de brazos.
-No estoy convenciéndote.- "Estoy convenciéndome."
****
Uno, dos, tres cortes a la cebolla; estaba preparando la cena y su mente no podía dejar de revivir ese encuentro con él. Todavía no podía creer que, minutos antes, lo hubiera tenido en frente suyo. Seguía igual de hermoso, igual de adorable igual de... Inaccesible. Pensó en la rubia que estaba a su lado, era preciosa. "Su tipo". Pero lo que ella no sabía era que, esa rubia, no era su tipo sino que ella misma lo era.
Las manos de Luke se posaron en su cintura y besó su cuello erizándole la piel. Se estremeció pero no de placer, sino de las cosquillas que ella sentía en ese lugar.
-No hagas la cena, te quiero cenar a tí.- Ronroneó metiendo las manos debajo de su ropa.
-Ahora no, Luke; harás que me corte un dedo.- El tono hostil que ella utilizó lo hizo alejarse.
-¿Y a tí qué te sucede?- Preguntó confundido. Ella suspiró y apoyó el cuchillo sobre la tabla de picar.
-Nada.- Respondió seca. -Estoy cansada, es todo.- Él alzó una ceja.
-¿Segura?- Jessica asintió. -¿Segura que no es por Jonathan Seward?- Al escuchar ese nombre, lo miró a los ojos incrédula.
-¡¿Qué?!-
-No soy tonto, sé que hubo algo entre ustedes y...-
-Y eso terminó hace tiempo.- Añadió furiosa. -Eres un idiota, Jensen.- Tiró el cuchillo sobre la encimera y se encerró en la habitación dando un portazo. Estaba furiosa pero, más que nada, porque Luke tenía razón; porque no era estúpido y, aparentemente, la conocía más de lo que ella pensaba.
-Amor...- Murmuró abriendo la puerta. -No debes enojarte.- Se veía calmado y, a la vez, preocupado.
-No estas enojado.- Susurró ella aún sin mirarlo. Se había sentado en el borde de la cama y él, a su lado.
-No, porque sé que aunque superes a un ex, la molestia de verlo con alguien más existe.-
-No es mi ex.-
-¿Salieron?- Ella asintió. -¿Se acostaron?- Por supuesto que sí, pero ella no podía decírselo. -Espera, no quiero saber eso.- Dijo riendo, lo que la hizo sonreír. -Estuvieron juntos, eso lo hace tu ex. Y es normal sentir celos inconsc...-
-Espera, yo no siento celos.- "Mentirosa, embustera, te irás al infierno... La mentira es pecado." Le decía su mente.
-Dije celos inconscientes amor, son normales.- La miró a los ojos. -No te juzgaré, pero eres mía... Y me gusta cuidar lo que es mio.- Sonrió y besó sus labios, lo que la dejó un poco más tranquila.
Unas horas después, las luces estaban apagadas; el pecho trabajado de él subía y bajaba, estaba dormido profundamente mientras ella yacía a su lado, ambos estaban desnudos pero ella no podía dormir.
Por supuesto, seguía pensando en Seward. Desde pequeña le habían dicho que siempre quería lo que no podía tener, pero nunca pensó que podía querer tanto a alguien. Le dolía, se sentía miserable; tenía al chico ideal, que era una completa dulzura con ella y ella quería a un loco que alucinaba con su esposa muerta cuando la veía y que había matado a un hombre.
-Estás demente, Jessica.-
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Unholy Confessions.
Fanfiction"-¿Sabes? Me recuerdas a alguien.- -¿A quién?- -Pasa, te contaré la historia.-" Jessica se había mudado a Huntington Beach después de pelearse con su novio pero, una simple visita a la casa de su atractivo y misterioso vecino cambió su vida para sie...