Amores Destructivos |2° temp. Amores Peligrosos|

Capítulo 12

-¿Quién habla?-.

¿Quién habla?, ¡¿QUIÉN HABLA?! ¡Mi número está registrado en el celular de Freddy!

Quería gritarle, sin embargo lo único que pude decir fue:

-Soy Fernanda-.

-¡Oh Fernanda! Hola, ¿cómo estás?-.

Diganme que esto es una broma.

-¿Por qué tienes el teléfono de Freddy? ¿Estás en Querétaro con él?-.

Mi voz no sonaba triste ni enojada, sonaba apagada y hueca, como si no pudiera creer lo que escuchaba... y es que una gran parte de mí no lo creía.

-Yo no estoy en Querétaro... y Freddy tampoco-.

-¿Estás con Freddy?-.

-Pensé que resultaba obvio-.

-Quiero hablar con él - demande.

Esta vez logré que mi voz sonara más enérgica.

-No puede atenderte ahora-.

-Quiero hablar con él - repetí.

-Te diré la verdad. Me dijo que si tú hablabas no lo comunicara, que él después te hablaba-.

Corte la llamada sin querer saber nada más de Lía o Freddy.

Un camarero se acercó de nueva cuenta.

-¿Desea ordenar ahora? - preguntó el joven.

Le pedí un par de platillos para llevar.

Cuando tuve la comida salí del restaurante y subí a mi coche. Maneje hasta la casa de Paola logrando no derramar ni una sola lágrima.

Esperaba que al llegar al departamento cada uno estuviera en su habitación y me podría ocultar de ellos en el baño, ya que compartía habitación con Paola y Karla. Pero sabía que era mucho pedir porque a penas iban a dar las 10:00 pm; para mi desgracia todos estaban reunidos en la sala, así que tuve que ser fuerte un par de minutos más.

-¡Hola! - gritó Karla al abrir la puerta.

-¡Hey! - habló Daniel al verme entrar a la sala - pensé que llegarias más tarde; ya sabes, tú y Freddy, dos años...-.

-Les traje comida - lo interrumpí antes de que siguiera con sus insinuaciones.

-¿Y Freddy? - preguntó Paola.

-Estoy muy cansada, me voy a dormir - me aleje de ellos y entre a la habitación, cerrando la puerta después de mí.

Me quite el vestido y los tacones. Me acerque al espejo y comencé a quitarme el maquillaje, intente ser fuerte y no llorar, pero finalmente no pude, mis lágrimas comenzaron a surgir mientras me quitaba el maquillaje. Al principio sólo eran lágrimas, pero minutos después mis sollozos aparecieron y estos se hacían cada vez mas ruidosos y sonoros.

Tocaron a la puerta.

-¿Si? - pregunte. Intentando que mi voz sonara normal y fallando terriblemente.

-¿Podemos pasar? - era la voz de Paola.

Suspire. No iba a poder dejarlas fuera toda la noche.

-Claro-.

Las chicas entraron y yo me hice la ocupada mientras quitaba el resto de mi maquillaje que ya estaba arruinado.

-¿Estás bien? - preguntó Karla.

Asentí y abrí mi boca para hablar, pero me quebré y lo único que pude hacer fue llorar nuevamente.

Karla y Paola me abrazaron inmediatamente e intentaban calmarme. Una vez que lo lograron, me ayudaron a quitarme el resto del maquillaje y fuimos hasta la cama de Paola donde comencé a contarles todo lo ocurrido.