Amores Destructivos |2° temp. Amores Peligrosos|

Capítulo 16

-Tienes rasguños en el brazo – le dije a Karla mientras conducía.

-No importa, yo la deje mucho peor – dijo satisfecha.

El semáforo se puso en rojo y aproveché para voltear a ver a Karla.

-No debiste de haberla golpeado – la reprendí.

-¡Oh, calla Fernanda! No me digas que tú no tenías ganas de hacerlo – trate de negar y mantenerme seria, pero una sonrisa se asomó en mi rostro, no podía negarlo, Karla tenía razón - ¡Lo sabía! Así que de nada, he cumplido tu sueño-.

Reí.

El semáforo volvió a cambiar de color y volví a avanzar.

-Además, - continuó Karla – se lo tenía merecido por zorra-.

-Karla. Mis hermanos no tienen idea de por qué termine con Freddy, así que te agradecería que no tocaras el tema-.

-De acuerdo – asintió. – Pero, si yo fuera tú y tuviera un hermano mayor le diría todo lo que me hizo el bastardo de mi ex novio para que lo golpeara-.

-Karla, tú tienes un hermano mayor – dije sonriendo.

-Sí, pero me refiero a un hermano mayor que no sea un idiota-.

Negué con la cabeza y estacioné el coche enfrente de mi casa. Bajamos y Josh llegó, estacionando su coche justo detrás del mío.

-¿Están bien? – preguntó cuándo se reunió con nosotras.

-Nosotras sí, tú no – dije tocando el moretón que se le había formado en el pómulo derecho.

-No es nada – tomó mi mano y la apretó fuertemente.

-Entremos – les dije a ambos.

-Pero yo tengo que ir con mi familia – dijo Josh.

-Haré que la hinchazón de tu pómulo baje y después te podrás ir ¿de acuerdo?-.

Josh asintió y los tres entramos a casa.

-¿Qué paso? – preguntó Mónica al ver la cara de Josh.

-Nada importante – mentí.

-Fernanda – dijo mi hermana en tono de reproche.

-Luego te cuento, Mónica-.

Llevé a Josh hasta la cocina para ponerle un poco de hielo.

-No debiste golpear a Freddy – le reproché.

-Alguien tenía que darle una lección a ese idiota. No me digas que no querías que lo golpeara porque sigues enamorada de él-.

¡Por supuesto que seguía enamorada de él! Era imposible sacarlo de mi mente por más que lo intentara. Y por supuesto que entre más intentaba dejar de pensar en él más pensaba en él.

-Fernanda – Josh me habló alargando mi nombre cuando no obtuvo respuesta de mi parte.

-Es obvio que sigo enamorada de él ¿no?-.

-Fer, él no te...-.

-Él no te merece – termine por Josh. – Freddy es un idiota por no apreciarme. Freddy es un imbécil por dejarme – dije haciendo mi voz más aguda como si imitara a alguien. – No hagas eso ¿quieres?-.

-¿Hacer qué?-.

-Eso, decir que Freddy es un idiota...-.

-Él es un idiota-.

-Sí, pero no lo es por no valorarme o por todas las cosas típicas que los amigos dicen para subir la autoestima, y que cabe agregar no sirven para nada. Freddy es un idiota por su comportamiento, por la manera en que me dejo, no por dejarme – suspire. – Simplemente no lo tenías que haber golpeado-.