Capítulo 4

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-¡Relájate! – Le gritó Mónica desde la cocina – aún hay tiempo-.

Lalo y yo reímos ligeramente, ver a Jorge totalmente estresado y a punto de un colapso nervioso tenía su gracia.

-No queda tiempo – escuchamos a Jorge – aún tengo que pasar por la ropa de Lalo a la lavandería y ahora hay que comprar copas nuevas. Además tenemos que volver y arreglarnos y tengo que pasar por Jessica-.

Me levante del sofá, era hora de ayudar no de burlarme de mi hermano.

-Lalo – le dije – tuviste que grabar el momento-.

-¡Diablos! – Se quejó – déjalo así otros 5 minutos más, por favor. Es tan divertido – ambos reímos.

-Me temo que si lo dejo 5 minutos más tengamos que ir hasta el hospital-.

Ambos volvimos a reír, fui a la cocina.

-Tranquilízate – le dije a Jorge. – Mira tú y yo vamos por las copas nuevas, Lalo y Mónica van a la lavandería, regresamos y te arreglas para ir por Jessica en lo que nosotros terminamos de arreglar todo-.

Jorge asintió.

-Deberías ser más como ella – le dijo a Mónica.

-Tú también, estabas a punto de ponerte a llorar – se defendió mi hermana.

Reí.

-Vámonos – Jorge tomó las llaves de su coche y me llevó con él.

Salimos de la casa y subimos al auto, Jorge comenzó a conducir.

-Jamás te había visto tan nervioso – le dije.

-De verdad la quiero – me sonrió.

Le devolví a sonrisa.

-Espero que la chica valga la pena-.

-Lo hace – me aseguró.

Llegamos al supermercado y estacionó el coche.

-¿Vienes?-.

-No, te espero aquí. Sólo no tardes-.

-Compro las copas y regreso-.

-No las vallas a quebrar – le dije.

Me sonrió, cerró la puerta y se fue.

Saqué mi celular y puse música a un volumen decente. Me metí a Facebook, después de darle like a un par de publicaciones y leer un par de artículos sobre mis películas y artistas favoritos, aparecieron algunas fotos de la fiesta de ayer; eran muchas fotografías, en algunas aparecían Diego, Sam y Josh, e incluso unas donde aparecía Lía, en otras un par de chicos más de mi clase o de la de Freddy, también había chicos que sólo conocía de vista y algunas otras donde de plano no conocía a nadie.

Detuve las fotos y me quedé como estúpida viendo una foto en especial, no podía creerlo, le di zoom a la foto y sí, en definitiva era él. En la foto estaban Diego y Josh con un par de chicas con las que apenas había cruzado palabra, además de un chico de computo, creo que su nombre era Luis; eso no me importó para nada, lo que me importaba y me hacía enojar de verdad era lo que se apreciaba al fondo, era él, era Freddy y lo peor es que no estaba solo, estaba con Lía y aún peor ¡estaba abrazando a Lía! ¡Me dejó plantada para ir a la fiesta con Lía! Fiesta a la que dijo no querer ir para pasar tiempo conmigo. Guarde la fotografía, me serviría para la inevitable discusión con mi novio, quité la música y bloqué el celular, cerré los ojos y esperé a que mi hermano apareciera.

Mi celular comenzó a sonar. Parecía que lo había invocado, ya iba siendo hora, no había tenido noticia de él en todo el día y ya eran las 4:30 pm. Deje pasar la llamada, no quería discutir con él por teléfono, mucho menos cuando Jorge estaba cerca; me gustaba mantener nuestros asuntos en privado, era muy raro cuando le contaba a Jorge o a Mónica sobre algún problema con Freddy, principalmente porque casi nunca los teníamos. Mi celular volvió a sonar y deje pasar otra vez la llamada, una vez que paró, le quite el sonido al celular y lo guarde en uno de los bolsos de mis jeans.

Amores Destructivos |2° temp. Amores Peligrosos|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora