17. Inocentes y culpables.

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Inocentes y culpables

Los cuatro estaban una vez más a bordo del jeep de Ennio, desplazándose a toda velocidad por la carretera. En esta ocasión no había música que ambientara el camino y eso era debido a una sola razón: Tenían que ser más cuidadosos a partir de ese momento. Sus enemigos eran mucho más fuertes que antes y no querían correr el riesgo de perder a alguien más.


Elliot vio a lo lejos la silueta obscura de los edificios del pueblo, no pudo evitar sentir un escalofrió recorrerle la espalda. Habían pasado tantas cosas malas en tan poco tiempo que el solo hecho de recordar aquel lugar le provocaba repugnancia y miedo, como nunca antes había sentido en su vida. No quería tener que volver a pisar una de esas calles en lo que le quedaba de vida.


-Entonces, básicamente llegamos a las ruinas de los indígenas, quemamos el primer cimiento y ¿Es todo?, ¿Podemos irnos de aquí? – Elliot preguntó mientras observaba el pedazo de madera en los brazos de Hesper.


-Ojala fuera tan sencillo. La verdad es que podemos estar cien por ciento seguros de que Libizo estará ahí junto con todas las sombras. No va a ser fácil y eliminar el cimiento solo nos ayudara a acabar con las sombras, el demonio es otro asunto. No sabemos cómo va a reaccionar ese guante que tienes, estamos confiando en que llegado el momento te dirá que hacer justo como la última vez – Elsa respondió desde el asiento del copiloto.


-No se preocupen por eso, ya se nos ocurrirá algo, primero tenemos que llegar ahí. Analizaremos la situación y eventualmente podremos solucionar todo... creo. Además, una vez que terminemos con todos los entes de este lugar tendremos una jugosa recompensa. Incluso podríamos comprar un nuevo camper – Ennio sonaba como siempre, lleno de seguridad. Como si confiara en que todo iba a salir a la perfección. Estaba hablando como si ahora los cuatro fuesen grupo de su equipo de exterminación paranormal, como si fuesen a continuar juntos incluso después de salir de aquel lugar maldito.


-Exactamente ¿Cómo funciona eso de la recompensa? – Elliot no estaba interesado en absoluto en obtener alguna ganancia de todo eso pero tenía aun dudas al respecto sobre cuál era la manera en que Ennio y Elsa se ganaban la vida exactamente.


-Todos los entes malvados tienen consigo alguna posesión valiosa porque están directamente unidos a ella, es lo que los mantiene con vida. Además de que en esta ocasión todos están relacionados con el primer cimiento, cada uno de ellos tiene algo que dejara después de ser eliminado. Los premios varían desde cosas inútiles hasta piezas de oro puro o reliquias mágicas como el guante de Mauthani, esas son las que nos interesan verdaderamente. Elsa y yo tomamos lo que sirve y lo que no lo desechamos. Vendemos las ganancias y de ahí obtenemos dinero para seguir con nuestros viajes. Tengo el presentimiento de que en esta ocasión será todo un tesoro completo, son demasiados – Ennio sonaba entusiasmado con la idea. A pesar de hacer su trabajo por razones personales más que por dinero, no estaba mal ganar un poco de vez en cuando, después de todo estaban arriesgando sus vidas por el bien de los demás.


Elliot no preguntó nada más porque en realidad tampoco había entendido mucho de aquella explicación y supuso que quizá debería esperar a verlo con sus propios ojos para comprender.


No pasó mucho tiempo antes de que el auto volviera a detenerse en medio de la nada. Todos sabían lo que eso significaba: era hora de seguir el camino a pie.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora